Por Yaisha Vargas-Pérez, maestra certificada en mindfulness, para el blog A Mystic Writer
Todos los seres merecen compasión solo porque están vivos. Es una de las grandes enseñanzas del mindfulness y la autocompasión.
En nuestra cultura occidental aprendemos más rápidamente el autocastigo. Si algo anda mal en nuestras vidas, debe ser nuestra culpa, debimos haberlo sabido, debimos haberlo visto. Nos azotamos con dureza si no fuimos conscientes y caímos en un hoyo. Creemos que esta es la manera más eficaz de cambiar algún hábito o patrón que no nos guste.
La Dra. Kristin Neff, investigadora pionera en la autocompasión, dice que la automotivación compasiva funciona mejor que el autocastigo. Si queremos cambiar un hábito, podemos darnos cuenta de cómo el hábito negativo nos hace sufrir y dar pasos para actuar con más integridad mediante la autocompasión.
Podemos decirle a la voz crítica que nos agobia por dentro que, gracias por intentar ayudar, pero que vamos a buscar un camino compasivo. Incluso tratamos a nuestra voz interior crítica de manera compasiva porque ha estado tratando de ayudarnos.
Luego buscamos una voz interior compasiva que nos ayude a realizar los cambios que queremos en nosotr@s mism@s. Nos hablamos por dentro como si le estuviésemos hablando a alguien que queremos mucho: como si le habláramos con ternura a nuestra mascota o a nuestr@ mejor amig@.
De un maestro de mindfulness aprendí que un perro que es adiestrado recibiendo recompensas aprenderá los mismos trucos que un perro que es entrenado mediante el maltrato. Los dos harán el mismo truco, solo que uno estará traumatizado y el otro estará feliz.
Mi experiencia es que regañar a la mente no funciona. El aprendizaje basado en regaños y castigos se queda en la mente y en el cuerpo, en nuestros tejidos, con el mal sabor de que nunca somos suficientes y tal vez nunca vamos a dar el grado.
Aunque estemos sufriendo por una mala decisión, por ignorancia, incluso porque nos apegamos y no sabemos cómo desengancharnos, ¡merecemos compasión! El regaño en una situación de dolor es como pegarle a alguien encima de un golpe.
La compasión es capaz de disolver nuestro sufrimiento y acercarnos a la paz y la serenidad.
Así que hoy, si estás sufriendo, trátate con amor, ternura y bondad. Lo mereces solo por estar vivo, por ser capaz de sentir y amar.#
Gráfica en Canva Design.
