La meditación del churri Pelotas

Pelotín es nuestro gatichurri desde hace dos años. Alguien lo dejó en las áreas comunes de nuestro condominio. Supimos que no era un gato de la calle porque era muy manso; se dejaba acariciar, le gustaba jugar y podíamos cargarlo brevemente.

Uno de los mayores regalos de los gatichurris es su capacidad para meditar. Se llama la meditación del ronroneo. Sé cuándo Pelotas está meditando con ronroneos porque sus pulmones suben y bajan más rápidamente con un ritmo de alegría. Y ese ronroneo a veces va disminuyendo hasta que cierra los ojos. El espacio a su alrededor se vuelve apacible.

Qué momento tan hermoso. Mi compañero felino me enseña a meditar.

A veces recordar esto es lo que necesito para que mi mente quiera entrar en un espacio de meditación. Me digo a mí misma que voy a ronronearme. Y es como cuidarme con cariño como lo hace Pelotas consigo mismo.

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Pelotas, agosto de 2023

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