Por Yaisha Vargas-Pérez para el blog A Mystic Writer
¿Qué ocurre en un retiro en silencio? Un seguidor de mucho tiempo en las redes sociales me hizo esta pregunta que se ha quedado conmigo desde hace meses. Si fuera a describir cada retiro, contaría una experiencia diferente cada vez. No obstante, aunque los resultados han sido distintos, la metodología es más o menos la misma. En un retiro en silencio de mindfulness o vipassana, que es la práctica de meditación insight o introspectiva en la tradición de budismo theravada, nos sentamos a meditar durante cuatro o cinco periodos de 45 minutos cada uno todos los días. Entre estos periodos, se hacen otras prácticas que incluyen movimiento y quehaceres diarios. De esa forma, el mindfulness se vuelve una práctica continua. Practicamos sentarnos en el cojín para permitir que la mente descanse en la respiración, y cuando nos levantamos del cojín para hacer lo demás que apoya nuestro retiro en silencio —hacer la cama de manera consciente, comer, cortar vegetales, barrer— nos llevamos la misma energía que practicamos en el cojín. Parece muy fácil de hacer, pero no es sencillo. La mente se distrae constantemente y hay que traerla de vuelta un millón de veces al día si es necesario, con paciencia, sin desesperarnos, y celebrando cada momento en que nos demos cuenta de que nos distrajimos, porque en ese instante, ya hemos regresado. Ejercitamos el músculo de darnos cuenta de lo que está ocurriendo en el presente. Lo fortalecemos cada vez que regresamos de la distracción.
El resultado de esto es que, con los días de silencio, la mente se va suavizando y se va abriendo. Es como si la pusiéramos en remojo para que se ablande, como las habichuelas.
¿Qué ocurre cuando la mente se abre?
Los centros de retiro de vipassana en los que he practicado (Spirit Rock e Insight Meditation Center en California, así como Insight Meditation Society en Massachusetts) están especialmente preparados para apoyar el silencio continuo de los participantes del retiro de principio a fin. A cada participante se le asigna una habitación (casi siempre individual) que solo tiene una cama twin, una ventana, un pequeño armario y lavamanos. Hay baños comunes con duchas y cubículos separados. El único aparato electrónico es un reloj despertador. Se les pide a los participantes que entreguen su teléfono celular, porque si no, la constante distracción del teléfono evitará que su mente pueda asentarse en la meditación. Ya que hay que prepararse con antelación (y presupuesto) para estar una semana fuera y hacer esta práctica, lo ideal es que los participantes puedan crear a su alrededor las condiciones necesarias para hacerla bien. Ese es el primer gran ejercicio de desapego.
A medida que la mente se va asentando, comienzan a aparecer algunas cosas que dificultan la práctica, y eso es normal. A veces el cuerpo duele y la mente comienza a pensar que algo anda mal. Otras veces emergen muchas emociones, recuerdos del pasado, preocupaciones del futuro, las cuales no sabemos de dónde vienen. Son cosas que han estado guardadas en la mente, el cuerpo y el corazón, pero como nuestra mente está siempre ocupada con el día a día y la rutina, no hemos tenido tiempo de mirarlas ni procesarlas. Durante el retiro, con la guía sabia de maestros preparados en el Dharma, aprendemos a hacerles espacio a todas las cosas que surjan. Aprendemos a acompañarnos mientras atravesamos esas experiencias. Permitimos que se desenvuelvan o desenrollen, y luego las vemos disolverse o irse, o llegamos a hacer las paces con lo que está ahí, como está en ese momento. No hay nada que arreglar. Al entregarnos al silencio, el proceso mismo va sanando lo que ha salido a la superficie.
Luego, tal vez después del tercer o cuarto día, la mente se va calmando más, y es como si fuéramos bajando el submarino al fondo del océano de nuestra experiencia humana. Hay menos olas y más calma. Tal vez logramos estados de concentración o quietud más profundos. Tal vez sentimos el corazón más abierto, y, como el espacio a nuestro alrededor se ha convertido en un refugio seguro para abrir la mente y el corazón, somos más capaces de perdonar, tenemos menos animosidad y rencor, podemos ser honest@s con lo que realmente nos pasa. Podemos reconocer que, detrás de los estados mentales y anímicos más toscos, lo que hay es tal vez algún dolor encapsulado que no hemos podido dejar salir porque no tenemos (y no sabemos) dónde hacerlo ni cuándo. Como la creencia en nuestra sociedad es que los pensamientos y las emociones se pueden controlar con suficiente disciplina, lo que hacemos es que las hundimos y las sofocamos. Las barremos debajo de la alfombra. Pero esto no las sana, porque las emociones saben flotar. Están hechas de elementos de energía. Así que, cuando tienen una oportunidad de salir en un retiro en silencio, emergen —a veces más intensamente, otras con más suavidad— para que las podamos ver con franqueza. Nos damos cuenta de que lo único que querían estas emociones y pensamientos era ser reconocidos para poder seguir su curso. Los vemos emerger y disolverse, y seguimos respirando con aceptación. Eso que vimos y que pasó por nuestro radar fue solo parte de una experiencia humana. Nada más.
Poco a poco, nos vamos desapegando, no solo del celular, sino también un poco de la identidad que creemos tener, y que ha estado basada en nuestras creencias, pensamientos, emociones, profesión, las cosas que poseemos… Aquí, rodeados de otras decenas de participantes del retiro (con quienes no hablamos y tampoco nos hablan para que podamos indagar en nuestra propia experiencia sin distracciones), dejamos de ser un concepto, un resumé o un perfil en las redes sociales. Nos adentramos en lo que verdaderamente somos: un cuerpo vivo que pulsa, siente, llora, va al baño, ríe, respira, disfruta, celebra, nace y muere. Sentimos la vida profundamente viva con todos sus matices. A veces nos damos cuenta de que no nos conocíamos tanto. Se nos despega algo que pesa mucho y nos sentimos más libres, pues hay menos del conjunto de hojalata que llamamos “yo”. El ego se deconstruye ante nuestros ojos, pero no es una desgracia, sino una gran liberación. Queda mucho más espacio para tener una relación íntima con la vida misma que verdaderamente somos y que es nuestra razón para habernos formado en un ser humano.
El retiro más importante
Hoy comienzo un retiro en silencio de 8 días en Insight Meditation Society, pero es un retiro en línea por la pandemia. Se convierte entonces en un retiro casero. Agradezco enormemente todas las oportunidades que he tenido de practicar en línea con maestros cuyos retiros presenciales muchas veces están completamente llenos con una lista de espera llena también. Pero también, confieso que no tener disponibles los centros de retiro a los que he estado acostumbrada durante 10 años ha sido sumamente duro. El retiro en casa no tiene las mismas condiciones de silencio, pues no suprime las distracciones y la realidad del día a día como lo hacen los centros de retiro, cuyo personal y condiciones están acomodadas de manera específica para fomentar un silencio profundo. Mientras que antes tenía unos días para ir regresando poco a poco a mi realidad, ahora el retiro es justo en medio de la realidad como es. ¡Muy fuerte! Confieso que he intentado todo lo posible para forzar las cosas para que mis retiros en línea sean iguales que en los centros de retiro en silencio. Lo intenté desde julio hasta ahora. En diciembre, hasta me fui a un Airbnb, ¡pero lo único que hice fue cambiar de ruidos y distracciones! En ese momento, me rendí. Me di cuenta de que, como lo estaba tratando de gestionar, no era posible. Los maestros estaban tratando de explicar que hiciéramos lo mejor que pudiéramos con la agenda del retiro desde nuestro hogar, y que danzáramos entre el retiro en silencio y nuestra rutina, integrando las cosas del diario, como fregar o cocinar, a lo que hubiesen sido nuestras tareas domésticas en el centro del retiro. Sonaba muy fácil, pero mi mente no podía adaptarse. Me había “institucionalizado” o acostumbrado a que el retiro en silencio tenía que ser exactamente como siempre lo había practicado durante 10 años, con la misma estructura y disciplina. Atravesé un duelo que, aunque parezca simple, fue muy duro para mí. Se trató de aceptar que la pandemia se había llevado el acceso a los centros de retiro, y que no tendría la oportunidad de alcanzar estados muy sutiles de silencio y concentración. He extrañado esos procesos enormemente y me he sentado con la aflicción por esa gran ausencia, pues nada ha sanado más profundamente mi mente y corazón que la práctica de la meditación vipassana. Hasta puedo recordar eventos que fueron traumáticos, pero que ahora no duelen.
Me he tardado lo que me he tardado en aceptar esta nueva realidad, y lo digo sin juzgarme. La pandemia ha sido difícil para tod@s. Tal vez haya otros practicantes igualmente afectados por los cierres temporeros, e igualmente emocionados por poder tener acceso en línea a maestros y retiros que usualmente están llenos a capacidad. Pero ahora, tras darme contra la pared varias veces, puedo comenzar a danzar con esa contradicción.
En los centros de retiro practicamos con diligencia, como practican los atletas para las olimpiadas —que es donde verdaderamente cuentan las marcas—, pero practicamos para nuestra vida misma —la Olimpiada mayor—, para conocer quiénes somos y cómo vivimos y si nos estamos acercando más a la felicidad o al sufrimiento. Vemos cómo reacciona nuestra parte automática —nuestro cerebro antiguo, en el que está la amígdala cerebral que impulsa las respuestas humanas de pelear, salir corriendo o congelarnos—, para seguir adiestrando y expandiendo las destrezas de nuestro cerebro más nuevo, nuestro lóbulo frontal, donde están las respuestas de la compasión, la empatía y la solidaridad. No es un examen de una vez que pasemos o reprobemos, sino un proceso de aprendizaje muy gradual y compasivo.
Tras llegar al punto de aceptación con lo que es, me voy a adentrar en este —mi sexto retiro en silencio desde que comenzó la pandemia y el número 27 desde el año 2011 en esta tradición— con la oportunidad de tocar la realidad sutil que provee la meditación en medio de mi realidad diaria. Ya no tengo expectativas de que sea igual que en un centro de retiro de insight meditation. Ahora siento más curiosidad por practicar donde me enseñó el pasado diciembre el maestro Bob Stahl (director del centro Insight Santa Cruz), que es el retiro más importante de todos: el de mi propia vida. Bienvenid@s los buenos pensamientos y oraciones para que este retiro también sea de beneficio a otr@s a través de nuestra práctica. ¡Gracias por leer y sigan practicando!
La autora es maestra certificada de mindfulness por el Greater Good Science Center adscrito a la Universidad de California en Berkeley en asociación con Sounds True. Ofrece cursos de mindfulness en Sagrado Global.
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Biografía en español ❦
Instructora de mindfulness, traductora, editora, columnista y poeta. Es graduada de la primera clase del programa Mindfulness Meditation Teacher Certification Program a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach. La certificación fue otorgada en junio de 2019 por el Greater Good Science Center, adscrito a la Universidad de California en Berkeley, en asociación con Sounds True.
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Ha enseñado mindfulness y self-compassion en Sagrado Global, el Centro Sofía y la Biblioteca Madre María Teresa Guevara, los tres en la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico; Insight LA en Los Ángeles, California; el Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Puerto Rico, la Asociación de Industriales de Puerto Rico, entre otras instituciones.
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Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), Andrea Castillo, Francisco Gable, Bhikkhu Analayo, Guy Armstrong, las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg . Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y participó en tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en 32 retiros o entrenamientos de mindfulness o vipassana con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Bob Stahl (exdirector de Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Andrea Castillo y Bruni Dávila (Insight Retreat Center en Santa Cruz, California, 2019, 2020, 2021) Guy y Sally Armstrong (maestros seniors de Insight Meditation Society, 2020, 2021), Gil Fronsdal (fundador de Insight Meditation Center de Red Wood City, 2020, 2021). Pertecene a la sangha que dirige Mary Grace Orr. Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018), el Centro de Zen Soto de Cupey (2018), Dharma en Español de Andrea Castillo (2019-2021). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016, 2020, 2021).
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Antes de ser instructora de mindfulness, Yaisha Vargas fue periodista de "hard news" (1999-2008) para los medios WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007). Tiene 13 años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2021).
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Entre 2010 y 2020 fue autora de la columna “90 días”, que se publicó en el periódico El Nuevo Día, en la cual narró la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida. Como parte de esa búsqueda, viajó a India, España, Missouri (EE.UU.) y California (EE.UU.). Durante sus viajes, conoció a más de 25 maestros espirituales y oradores de diferentes tradiciones espirituales; trabajó como asociada de oración de Silent Unity en Unity Village, Missouri, y como representante de servicio al cliente de esa institución.
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En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria en Unity Village, Missouri, y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Roy Harvey, editora anterior de la revista. Daily Word / La Palabra Diaria ha sido publicada desde 1924, ha tenido hasta dos millones de lectores y se traduce a ocho idiomas. Como editora asociada, Yaisha estuvo a cargo de supervisar la traducción al español para los países hispanohablantes. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
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Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
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Ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
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Nació en Santurce, Puerto Rico, en 1977 y pasó la mayor parte de su niñez y adolescencia en el pueblo de Trujillo Alto. Se graduó como la valedictorian de su clase de escuela superior en el Colegio Nuestra Señora del Carmen en 1995 y su puntuación del College Board estuvo entre las primeras cien de ese año. Fue editora del periódico escolar "Reflejos" y coeditora del anuario. También se graduó Summa Cum Laude de su bachillerato en Comunicación con especialidades en Periodismo y Telecomunicaciones en la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico (1999). Fue galardonada con la Medalla Pórtico y con la Beca "Fondo de Estudiantes Excepcionales" (FEE) de esa institución. Su nombre aparece en el Dean's List (1998). Estudió dos Másters en redacción de guiones de cine en la Universitat Autònoma de Barcelona (2001) y en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Valencia (2002).
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Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria y la Sede Central de Unity en Missouri; la Oficina de Servicio Mundial de Al Anon Family Groups en Virginia; Barre Center for Buddhist Studies en Massachusetts; la Universidad de Zaragoza en España; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico, y Newsela Inc., en Estados Unidos.
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Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Ofrece sus servicios desde el sitio web www.amysticwriter.com.
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❦ (English bio) ❦
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Mindfulness instructor, translator, editor, columnist, and poet. She is a graduate of the first class Mindfulness Meditation Teacher Certification Program directed by renowned psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. The certification was awarded in June 2019 by the Greater Good Science Center at the University of California, Berkeley, in association with Sounds True.
She has taught mindfulness and self-compassion at Sagrado Global, Centro Sofía and the Madre María Teresa Guevara Library, all three at Universidad del Sagrado Corazón in Puerto Rico; Insight LA in Los Angeles, California; the Association of Dietitians and Nutritionists of Puerto Rico; the Puerto Rico Manufacturers Association, among other institutions.
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She began studying mindfulness in 2011 under the tutelage of Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned psychologist Jack Kornfield, one of the leading figures in bringing mindfulness and the Theravada tradition of Buddhism (vipassana) to the West. Yaisha's mindfulness teachers include Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneering self-compassion researcher), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporary of Ram Dass and Krishna Dass ), Andrea Castillo, Francisco Gable, Bhikkhu Analayo, Guy Armstrong, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived near Deer Park Monastery in California, founded by Thich Nhat Hanh in the Plum Village tradition, where she practiced every week and participated in three mindfulness retreats. In addition, since 2011 she has participated in 27 vipassana/mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield ( 2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Bob Stahl (former director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Andrea Castillo and Bruni Dávila (Insight Retreat Center in Santa Cruz, California, 2019, 2020, 2021) Guy and Sally Armstrong (senior teachers at Insight Meditation Society, 2020, 2021), Gil Fronsdal (founder Insight Meditation Center of Red Wood City, 2020, 2021). She belongs to the sangha led by Mary Grace Orr, and has belonged to several meditation sanghas, including Dharma en Español, led by Andrea Castillo (2019-2020); Unity sangha led by Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; as well as Insight San Diego (2015-2016) in California, Four-Fold Sangha at Deer Park Monastery, in Escondido, California (2015-2016), Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) and Centro de Zen Soto de Cupey (2018). She studied with interspiritual writer and teacher and Mirabai Starr in 2015, and took mindful writing courses with Amy Spies at Insight L.A. in Los Angeles, California (2016, 2020, 2021).
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Before being a mindfulness instructor, Yaisha Vargas was a "hard news" journalist (1999-2008) for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), EFE Spanish International News Agency (2003-2005) and The Associated Press (2005 -2008). She received awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008), and the Laura Rivera Meléndez Foundation (2007). She has 13 years of experience in specific coverage of holistic health topics (2008-2021).
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Between 2010 and 2020, she was author of the column "90 days," published in the newspaper El Nuevo Día, which recounted the courageous journey of a spiritual seeker to find total healing and a deep meaning in life. As part of that search, she traveled to India, Spain, Missouri (USA) and California (USA). During her travels, she met more than 25 spiritual teachers and speakers from different spiritual traditions; worked as a Silent Unity prayer associate in Unity Village, Missouri, and as a customer service representative for that institution.
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In 2012, she began writing for Daily Word / La Palabra Diaria magazine in Unity Village, Missouri, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Roy Harvey, former editor of the magazine. Daily Word / The Daily Word has been published since 1924, has had up to two million readers, and is translated into eight languages. As associate editor, Yaisha was in charge of overseeing the Spanish translation for Spanish-speaking countries. She has also written articles for Vibra Bien Magazine, and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters in Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word / La Palabra Diaria.
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Originally from Puerto Rico, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, the Unity School of Practical Christianity, and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Majaiana (Zen) and Tibetan traditions.
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She has studied various types of yoga since 2004 in Puerto Rico, India and the United States. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two graduate students from her teaching programs. In the United States, she studied with Judith Lasater (2011), who brought restorative yoga to America; Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar system, and Mary Obendorfer (2011), senior teacher in the Iyengar system and co-director of the B.K.S. Iyengar in San Diego. He also taught restorative yoga classes for two years in Puerto Rico (2008-2010) and had students when he lived in India (2010) and Missouri (2011).
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She was born in Santurce, Puerto Rico, in 1977 and spent most of her childhood and adolescence in the town of Trujillo Alto. She graduated as the valedictorian of her high school class at Colegio Nuestra Señora del Carmen in 1995 and her score on the College Board tests (the local SAT's) was in the top 100 that year in the island. She was editor of the school newspaper "Reflejos" and co-editor of the yearbook. She also graduated Summa Cum Laude from her BA in Communication with specialties in Journalism and Telecommunications at the Universidad del Sagrado Corazón in Puerto Rico (1999). She was awarded the Portico Medal and the "Exceptional Students Fund" Grant (FEE) from that institution. Her name appears on Dean's List (1998). She studied two Master's degrees in film script writing at the Universitat Autònoma de Barcelona (2001) and at the Menéndez Pelayo International University in Valencia (2002).
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She is proficient in radio and public speaking, as well as writing, editing, and proofreading in Spanish and English. She has translated, edited and proofread translations, in both book and pamphlet works, for Daily Word and Unity Headquarters in Missouri; Al Anon Family Groups World Service Office in Virginia; Barre Center for Buddhist Studies in Massachusetts; the University of Zaragoza in Spain; the Centers for Spiritual Living headquarters of Ernest Holmes's Science of Mind philosophy in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico, and Newsela Inc., in the United States.
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She writes, edits, and translates in both languages on the topics above. She offers her services from the website www.amysticwriter.com.
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3 Comments
Tu artículo me ha resultado interesante y curioso, me he visto reflejado en la experiencia a pesar de que las formas que me arrastraron a la meditación fueron muy diferentes e inesperadas.
Yo partía del escepticismo pero un lugar mágico al que denomino mi punto #dlencuentro me transportó hacia lugares interiores que desconocía y describo en varios posts mis experiencias.
Te dejo aquí un enlace a una de mis publicaciones donde relato mis vivencias:
¡Hola! Le agradezco tanto su lectura y comentario. Sí, la experiencia de meditar es distinta cada vez y varía grandemente de persona a persona. Nos damos cuenta de que sumergirnos en la experiencia es como bucear el alma y que es un espacio sin fin. Yo también sentía escepticismo al comenzar, pero tuve un buen maestro de vipassana en mis comienzos, a quien le agradeceré toda la vida por guiarme con destreza, compasión y benevolencia. ¡Le invito a seguir meditando! Es un profundo camino de humanización y sanación. Muchas bendiciones y paz, Yaisha
Tu artículo me ha resultado interesante y curioso, me he visto reflejado en la experiencia a pesar de que las formas que me arrastraron a la meditación fueron muy diferentes e inesperadas.
Yo partía del escepticismo pero un lugar mágico al que denomino mi punto #dlencuentro me transportó hacia lugares interiores que desconocía y describo en varios posts mis experiencias.
Te dejo aquí un enlace a una de mis publicaciones donde relato mis vivencias:
https://eldesgrananteblog.wordpress.com/2019/03/31/arrastrado-hacia-una-meditacion-no-meditada/
Te felicito por tu publicación.
Abrazos desde el otro lado.
¡Hola! Le agradezco tanto su lectura y comentario. Sí, la experiencia de meditar es distinta cada vez y varía grandemente de persona a persona. Nos damos cuenta de que sumergirnos en la experiencia es como bucear el alma y que es un espacio sin fin. Yo también sentía escepticismo al comenzar, pero tuve un buen maestro de vipassana en mis comienzos, a quien le agradeceré toda la vida por guiarme con destreza, compasión y benevolencia. ¡Le invito a seguir meditando! Es un profundo camino de humanización y sanación. Muchas bendiciones y paz, Yaisha