Llegar a California fue como entrar a otro país. Tras pasar la frontera de Arizona, encontré una estación parecida a un peaje. Una mujer que vestía un chaleco verde neón me hizo señas para que me detuviera. Ningún otro cruce entre estados me ofreció esa experiencia particular. Había guiado casi 1,600 millas desde Missouri y me faltaban unas pocas horas para arribar a San Diego. Había sido un zigzag de ocho días.
Así que cuando llegué a la estación de inspección —con mi rostro pelado de vanidades y mis greñas felices por su libertad— le sonreí a la empleada con extenuación entusiasmada, a ver si ello me liberaba de tener que abrir el baúl de mi “hatchback” y evitar la vergüenza de un desparrame de tereques. El temor de verlo todo destripado y de ser juzgada como una campesina de camino a la ciudad se disipó cuando la mujer me preguntó: “Aparte del pequeño cactus en un tiesto en el posavasos, ¿lleva algo más? ¿Plantas, semillas o animales?” Me sonrojé por su atención a ese detalle. Era entonces imposible que ignorara el resto del apiñamiento intravehicular. “Llevo mis gatos”, le dije, al tiempo que Romeo asomaba los bigotes para inspeccionarla a ella. La mujer sonrió.
Aterrizaje forzoso
Días después, mientras intentaba sacar una licencia de conducir y convertirme en residente del estado, me topé con una de mis primeras experiencias californianas: el Departamento de Vehículos de Motor (DMV, en inglés). La fila se amontonaba y serpenteaba hasta la calle. Cuando llegué al mostrador, resultó ser la primera de varias colas, saltos y vaivenes entre ventanillas. Ya en la tercera fila, el fotógrafo que terminaría de otorgarme la licencia se dio cuenta de que había un error tipográfico en mi nombre y tuve que comenzar el proceso otra vez. Al hacerlo, el funcionario que me atendió originalmente me mandó a tomar un examen escrito para poder expedir la licencia. Y yo, tan inocente, pensando que la ley de tránsito en California no sería muy diferente a la de Missouri o Puerto Rico, cogí el examen sin estudiar… y me colgué gloriosamente. Sólo se permitían seis respuestas erróneas de un total de 36 preguntas, y yo fallé y dejé de responder un total de seis. Tras lo cual, me entregaron un libro de casi 100 páginas para que me aprendiera bien las reglas de conducir, pues sólo podía tomar la prueba tres veces. Por los próximos días, tuve recuerdos muy bonitos de mis años de embotellamientos académicos y pesadillas de un college board vehicular. Una semana y varias uñas mordidas después, me enfrenté valientemente —anclada en mí misma y sin perder la paciencia— a la fila dragonesca, al examen capcioso, y a los dos empleados contagiados de distracción que querían enviarme a hacer la primera fila de nuevo por el mismo error tipográfico que cometió el primer funcionario. Posteriormente, se disculparon. Durante una tercera visita al DMV, pude registrar la tablilla de mi vehículo, y la empleada aseguró que no necesitaría una inspección de humo, pues se trataba de un automóvil híbrido. Una vez recibí por correo la licencia de conducir y el marbete del carro, me percaté de que ambos documentos contenían faltas fundamentales. El error tipográfico inicial, pese a haber sido corregido en dos ocasiones, aún aparecía en la licencia, y el DMV notificó que el vehículo sí necesitaría una inspección de humo, por lo tanto mi tablilla ya no era válida. Visitaría el DMV por cuarta vez. No extrañaba para nada el DTOP en Puerto Rico y me preguntaba por qué, si los puertorriqueños nos quejamos tanto de los pobres servicios públicos en nuestro país, estamos dispuestos a atravesarlos en la metrópolis, donde nos venden que todo es mejor. Consideraba estas cosas mientras uno de los empleados me entregaba la licencia válida con una sonrisa: “Ahora ya es residente. ¡Bienvenida a California!”
Conseguir un espacio de vivienda también ha sido una aventura sin precedentes. Todo el mundo quiere vivir en Cali, pues el clima es estupendo, las playas son maravillosas y existe una cultura de mente abierta, ambientalista, holística y cosmopolita. Gracias a ello, la especulación de propiedades, incluso en el mercado de alquiler, es extravagante hasta rayar en lo ridículo. Alquilar una habitación con baño y cocina compartidos cuesta tanto, o más, que una hipoteca en otros estados y territorios.
Practicar la gratitud
La contraparte ha sido la oportunidad única de meditar en el monasterio de Deer Park, fundado en la tradición del maestro zen Thich Naht Hanh. Trato de llevar a mi práctica cada reto que confronto. Ha sido valioso aprender a respirar conscientemente dentro de mi corazón y poder acurrucar entre mis manos un plato de comida en el que veo al cosmos entero: el arroz de India, las papayas de México, los plátanos de Ecuador; frutos que contienen dentro de sí a los rayos del sol que iluminaron a sus plantas madres, a las nubes que se disolvieron sobre el suelo y entregaron su agua a raíces y tallos, y a los minerales de la tierra que sostuvo y nutrió las cosechas.
Mi práctica de agradecimiento ha crecido. Las desaveniencias que están más allá de mi control me han dado la oportunidad de dar gracias por cada buche de agua en medio del desierto. A través de la gratitud estoy aprendiendo el valor de la resiliencia, la capacidad de adaptarme a circunstancias nuevas y cambiantes sin sucumbir al desánimo.
He descubierto que los momentos felices, por pequeños que sean, son triunfos y hay que celebrarlos. Hace un par de semanas, tuve uno de esos logros que parecían simples: aprendí a poner el botón de pago de “PayPal” en mi página de servicios por internet. Lo celebré ampliamente pues, hace pocos años, en mi temporada más oscura e incapacitante, no era capaz de llenar una factura para enviarla a un cliente. Así me perdí varios pagos. Podía hacer lo básico: levantarme, preparar desayuno y tener un trabajo liviano, pues no podía trabajar muchas horas. Las ganas incansables de sanar, no importa cuán lejos tuviera que llegar ni cuánto me tardara, la generosidad de amor de tanta gente que encontré en mi camino tras varios tropiezos, desarrollar paciencia conmigo misma —aunque sintiera que daba un paso pa’lante y dos pa’trás— y agradecer cada cosa que sí salía bien, han dado lugar, bien lentamente, a un hermoso florecimiento que aún está en desarrollo. Como hasta laspequeñas cosas parecían imposibles, celebro cada cosa mínima que me echa hacia adelante. Así, un día a la vez, he ido construyento una plataforma para mis servicios. Cada paso ha sido un triunfo de sanación. Cuando aprendí a poner el botón de PayPal, hice toda una algarabía. ¡Algo tan sencillo!
Les debo tanto a las personas que han leído estas crónicas, porque muchas veces lo que me mantenía de pie hasta la siguiente semana era que me tocaba escribir el próximo relato. Pensaba en la gente que esperaba leerlo. Me han leído todas las lágrimas, así que les comparto las sonrisas de cosas que parecen simples, pero que para mí son grandes. Al celebrar cada peldaño de éxito, mi mente se abre a esperar el próximo.
La mente humana tiene pensamientos repetitivos día tras día. Sin darnos cuenta, nos ahogamos en los estribillos negativos. Al expandir mi mente para ver las cosas hermosas a mi alrededor, aunque sean las mismas (el ronroneo de mis churris cuando los acaricio, el amanecer, el mar, los mandalas que hago con mi comida, cada interacción positiva con otro ser humano o no humano), reprogramo mi mente para ver aquellas cosas buenas que sí se repiten en mi vida. Y agradezco aún más aquellas cosas positivas a las que no les prestaba atención: un verso que se cruza en mi pantalla, una luz verde, las guayabas a precio especial, un día de excursión con una buena amiga. No se trata de ignorar o echarle una cubierta de azúcar a las cosas que una necesita atender y cambiar de su entorno. Pero mientras eso ocurre, es de gran ayuda enfocarse en lo que va bien. Así queda más energía para echar hacia adelante.
Aprendo también de lo que dice Jack Kornfield sobre el agradecimiento en el libro “La sabiduría del corazón”: “Cuando nos abrimos a la abundancia… Podemos disfrutar de la neblina que flota mientras se derrite la nieve mañanera, y del vapor que se eleva desde el plato de sopa… Podemos apreciar la sonrisa a medias de la mesera cansada y celebrar el hecho de que estamos aquí, vivos y respirando en esta Tierra maravillosa… El corazón verdaderamente abundante ya está completo… El estado de abundancia está conectado a un sentido profundo de gratitud. En Japón existe una terapia budista conocida como ‘Naikan’, que utiliza la gratitud para sanar la depresión, la ansiedad y la neurosis. Con este acercamiento, se nos pide que revisemos nuestra vida de forma sistemática y agradezcamos cada cosa que recibimos”.
Hoy sé que la gratitud y la abundancia son sinónimos. Agradecer es el arte de ver que, teniendo lo esencial, ya lo tenemos todo. Doy gracias porque no es tarde para comenzar, pues el fin de semana de Acción de Gracias aún no ha terminado. ¡Visítame en Facebook y cuéntame lo que agradeces hoy!
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
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❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
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