El paisaje se abría a una fisura vasta, fría; frígida vacuidad. El silencio aullaba sutil, seco, solitario. Una fractura geográfica lastimosa que desembocaba en un agujero abismal: un pasaje doloroso hacia la eternidad. Era mi paisaje interior hace cuatro años. Allí habitaba, protegiéndome a gritos para no sentir profundamente el desgarre de un destierro horrible. En ese desierto, encontré a mi maestro de meditación. Miré en sus ojos y vi el interés genuino de ayudar.
Ya no buscaba quien me rescatara, sino alguien que me dijera cómo salir yo misma de aquel lugar. Mas en vez de “sacarme” de allí, el instructor de meditación introspectiva me invitó a mirar dentro del abismo y a deslizarme por allí: adentrarme en mi propio dolor en vez de huir. Una vez lo hice, atravesé una especie de “velo”. Abrí los ojos. “¡No hay nada!”, le dije, y asintió con la mirada fija. Cerré los ojos de nuevo, y allí estaba ese no-lugar. Me había aterrado la vacuidad, sin embargo, una vez me escurrí hacia ella, descubrí que en esa nada-todo ya no había drama, ni sufrimiento, ni dolor. Todo eso ocurría en la superficie de mi humanidad. En la profundidad, sólo había silencio.
Durante estos cuatro años, y mientras iba sanando, esa fisura interior cambió de forma, color y textura: se volvió blanda, húmeda, rosada y violeta. Su aridez se transformó en un manantial caudaloso que fluía en el fondo de mí. Hace algunos meses, durante una de las últimas sesiones con mi instructor, la hendidura apareció de nuevo en mi meditación, llenándose de agua hasta el tope, un río de agua prístina con grama a su alrededor, una montaña imponente de trasfondo, el sol esparciéndose de alegría, un cielo de azules y rosados intensos. Sonreía con este paisaje que me habitaba, desbordándose de vida. Cuando abrí los ojos, mi maestro me miraba sonriente y sereno. “Tal parece que estás desarrollando tu propia práctica”, me dijo. Y asentí.
Tras partir de Missouri hacia California en automóvil, le envié un mensaje a mi maestro confirmando nuestra próxima cita, que sería por teléfono. Me respondió que tenía un reto de salud significativo y no estaría disponible por varios meses. Menos mal que me había detenido en una estación de descanso para revisar mi buzón de emails, porque mi grieta interior se expandió dolorosamente, una espiral de recuerdos y temores: el destierro que había vivido y mi destino aún incierto en California. Respiré y leí de nuevo: no era una despedida sino un hasta luego. Informaba compasivamente que necesitaba cuidar de sí mismo. Semanas después, familiares y estudiantes comenzaron a escribir mensajes de ánimo en un blog. Nos tocaba ayudarlo de vuelta.
Días después, conducía por la ruta 159 de Colorado hacia Nuevo México. Atravesaba una llanura rodeada y cobijada de montañas cuando divisé una nube disolviéndose rauda sobre los sembradíos, maratónica, abarcando el llano mientras se entregaba, desaguándose hacia su próximo capítulo de vida: el sustento de una cosecha. Presenciaba cómo una nube “moría” feliz.
Tras mi despegue en automóvil, una de mis mejores amigas en Kansas City insistió en que me detuviera en Arizona para ver el Gran Cañón del Río Colorado. “Es una oportunidad de una sola vez en la vida”, aseguró. Hubiese deseado que no dijera eso. Ya había hecho pausas en Kansas, Colorado y Nuevo México. “No, que no, que no quiero. Que estoy cansada. Es demasiado”, les rebatí a ella y a mi intuición, que también me empujaba a hacer la parada. “Sólo considéralo”, me dijo mi amiga, con amor.
Entonces hice lo que mejor sé hacer cuando tengo una interrogante de grandes proporciones. Además de meditar, abrí una galletita de la suerte. Durante un par de días, mi almuerzo o cena había consistido de habichuelas y vegetalitos enlatados. Mi estómago estaba en huelga y clamaba por vegetales frescos. Cuando llegué a Santa Fe, Nuevo México, me entraron unas ganas gengiskanas de cenar comida oriental y hallé un restaurante de comida asiática. Me sirvieron una sopa tan grande como una piscina salada, en la que nadaban enormes hortalizas suculentas. Parecía que no me deshidrataría jamás. Con el pago de la cuenta, llegó la galletita de la suerte. La cosquilla anticipatoria reverberaba en mi esófago como la cuerda de un bajo feliz. Resquebrajé mi tesoro azucarado y halé el papelito, su verdad indisoluble: “Visita un parque, disfruta de lo que ofrece la naturaleza”. Por supuesto. El cosmos tiene sentido del humor.
Fue así que me detuve en el Desierto Pintado y el Bosque Petrificado en Arizona; dos parques naturales, milenarios y contiguos, en los que la arena rojiza se mezclaba mágicamente con matices rosáceos, y la madera robusta de lo que fue una vez fue un paisaje frondoso se había convertido en fósiles de piedra gracias a la erosión. En el desierto pintado divisé otra nube cabalgando sobre la llanura hacia su disolución, dejando como espectáculo que el atardecer rosa fuerte la atravesara como un holograma. Una película meditativa. Me enamoré de su hermosa impermanencia.
Llegué a Flagstaff, Arizona, ciudad que estaba de camino cuando transitaba por la ruta 40 hacia el oeste. Ya era de noche, así que busqué dónde dormir. En mi mapa, el Cañón del Colorado se veía tan distante como a cuatro horas de camino, así que no le di vuelos a mis esperanzas. Pero cuando le pregunté al dependiente del hostal, me dijo que estaba sólo a 90 minutos de allí. Mi amiga tenía razón. No me perdonaría estar tan cerca y no hacer la parada.
Una vez llegué al centro de visitantes en el borde sur del Cañón, caminé hasta el mirador de Mather Point. Me acerqué a la barandilla lentamente, pues era un paisaje muy grande como para bebérselo todo de golpe. Lo abordé a sorbos y me atreví a respirar su grandeza, que se extendía más allá de lo que mis ojos alcanzaban a ver. Perseverante como la eternidad, el Río Colorado surcó durante miles de años lo que antes eran mesetas, erosionó con sagacidad serena y esculpió con un cincel granate lo que hoy es una de las maravillas geológicas más asombrosas del planeta.
Con este último viaje a California, he visitado más de 30 ciudades en América del Sur, Central, del Norte, el Caribe, Europa e India. Pocas cosas me han deslumbrado hasta paralizarme, como el desierto de Atacama en Chile, la Cordillera de los Andes en América del Sur, las Montañas Rocosas en Colorado y las mesetas de Sky City en Nuevo México.
Quería experimentar la grandeza del Cañón sin el obstáculo de una baranda. Caminé unos metros más en la vía principal de Mather Point y hallé un bonche de juventud cosmopolita haciendo fila para tomarse fotos en una orilla que no tenía baranda ni letrero de relevo de responsabilidad. Bajé por una vereda angosta de unos metros de longitud, apechando con valentía y sentándome sobre algunas rocas para estirar las piernas y poder descender. Una vez llegué al borde, le di mi cámara a unos jóvenes –a la sazón europeos–, puse mi estera de yoga casi en el extremo rocoso y me paré de cabeza… temblando un poco, por supuesto.
Luego, me senté en el límite con las piernas colgando y observé mis zapatos deportivos suspendidos sobre 1.6 millas de vértigo fascinante; a lo cual también le tomé una foto. Mas como abrir una caja china, me percaté de que el paisaje que admiraba más allá de mis tenis no era roca rojiza nada más. Un follaje diverso forraba el acantilado esculpido. No me había detenido a pensar en la posibilidad de que, en medio de tanta sequedad, hubiese tanta vida. Aprendí que hay más de 2,000 especies de plantas y el lugar es una reserva natural para cientos de animales de todas clases. Era lo que mi maestro de meditación me había enseñado: al conocer la profundidad de mi dolor, descubriría una vastedad que anhelaba vivir a través de mí. Había sentido mi herida existencial, árida y tenebrosa, tan enorme como esta geografía. Mas ese día, al interiorizar el paisaje exterior, supe que la hendidura también había cobijado mucha vida. Era un túnel hacia la luz, mi conexión con el Universo. Me fui en silencio. Me habitaba una experiencia profunda.
Por la tarde, continué por la ruta 40 hacia Cali, satisfecha por las aventuras vividas y lista para, finalmente, no hacer más paradas más hasta llegar a mi nueva morada, cuando… allí estaba. Un hermoso riachuelo rodeado de follaje, con una montaña de trasfondo, el cielo que destellaba potentes matices azules y rosados, el sol en su gloriosa despedida: la estampa que había visto en una de mis últimas meditaciones con mi maestro. Frené en el paseo, sobrecogida. La foto viva no podía ser más parecida a lo que había visto en mí meses antes. Mi geografía interior rebosaba de agradecimiento hacia mi instructor y hacia la Vida, que me daba la bienvenida a un próximo capítulo, ahora no muy distante de la frontera de California. En Facebook, 90 días: Una jornada para sanar.
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Biografía en español ❦
Instructora de mindfulness, traductora, editora, columnista y poeta. Es graduada de la primera clase del programa Mindfulness Meditation Teacher Certification Program a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach. La certificación fue otorgada en junio de 2019 por el Greater Good Science Center, adscrito a la Universidad de California en Berkeley, en asociación con Sounds True.
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Ha enseñado mindfulness y self-compassion en Sagrado Global, el Centro Sofía y la Biblioteca Madre María Teresa Guevara, los tres en la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico; Insight LA en Los Ángeles, California; el Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Puerto Rico, la Asociación de Industriales de Puerto Rico, entre otras instituciones.
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Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), Andrea Castillo, Francisco Gable, Bhikkhu Analayo, Guy Armstrong, las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg . Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y participó en tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en 32 retiros o entrenamientos de mindfulness o vipassana con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Bob Stahl (exdirector de Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Andrea Castillo y Bruni Dávila (Insight Retreat Center en Santa Cruz, California, 2019, 2020, 2021) Guy y Sally Armstrong (maestros seniors de Insight Meditation Society, 2020, 2021), Gil Fronsdal (fundador de Insight Meditation Center de Red Wood City, 2020, 2021). Pertecene a la sangha que dirige Mary Grace Orr. Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018), el Centro de Zen Soto de Cupey (2018), Dharma en Español de Andrea Castillo (2019-2021). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016, 2020, 2021).
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Antes de ser instructora de mindfulness, Yaisha Vargas fue periodista de "hard news" (1999-2008) para los medios WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007). Tiene 13 años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2021).
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Entre 2010 y 2020 fue autora de la columna “90 días”, que se publicó en el periódico El Nuevo Día, en la cual narró la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida. Como parte de esa búsqueda, viajó a India, España, Missouri (EE.UU.) y California (EE.UU.). Durante sus viajes, conoció a más de 25 maestros espirituales y oradores de diferentes tradiciones espirituales; trabajó como asociada de oración de Silent Unity en Unity Village, Missouri, y como representante de servicio al cliente de esa institución.
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En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria en Unity Village, Missouri, y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Roy Harvey, editora anterior de la revista. Daily Word / La Palabra Diaria ha sido publicada desde 1924, ha tenido hasta dos millones de lectores y se traduce a ocho idiomas. Como editora asociada, Yaisha estuvo a cargo de supervisar la traducción al español para los países hispanohablantes. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
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Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
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Ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
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Nació en Santurce, Puerto Rico, en 1977 y pasó la mayor parte de su niñez y adolescencia en el pueblo de Trujillo Alto. Se graduó como la valedictorian de su clase de escuela superior en el Colegio Nuestra Señora del Carmen en 1995 y su puntuación del College Board estuvo entre las primeras cien de ese año. Fue editora del periódico escolar "Reflejos" y coeditora del anuario. También se graduó Summa Cum Laude de su bachillerato en Comunicación con especialidades en Periodismo y Telecomunicaciones en la Universidad del Sagrado Corazón en Puerto Rico (1999). Fue galardonada con la Medalla Pórtico y con la Beca "Fondo de Estudiantes Excepcionales" (FEE) de esa institución. Su nombre aparece en el Dean's List (1998). Estudió dos Másters en redacción de guiones de cine en la Universitat Autònoma de Barcelona (2001) y en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Valencia (2002).
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Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria y la Sede Central de Unity en Missouri; la Oficina de Servicio Mundial de Al Anon Family Groups en Virginia; Barre Center for Buddhist Studies en Massachusetts; la Universidad de Zaragoza en España; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico, y Newsela Inc., en Estados Unidos.
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Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Ofrece sus servicios desde el sitio web www.amysticwriter.com.
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❦ (English bio) ❦
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Mindfulness instructor, translator, editor, columnist, and poet. She is a graduate of the first class Mindfulness Meditation Teacher Certification Program directed by renowned psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. The certification was awarded in June 2019 by the Greater Good Science Center at the University of California, Berkeley, in association with Sounds True.
She has taught mindfulness and self-compassion at Sagrado Global, Centro Sofía and the Madre María Teresa Guevara Library, all three at Universidad del Sagrado Corazón in Puerto Rico; Insight LA in Los Angeles, California; the Association of Dietitians and Nutritionists of Puerto Rico; the Puerto Rico Manufacturers Association, among other institutions.
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She began studying mindfulness in 2011 under the tutelage of Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned psychologist Jack Kornfield, one of the leading figures in bringing mindfulness and the Theravada tradition of Buddhism (vipassana) to the West. Yaisha's mindfulness teachers include Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneering self-compassion researcher), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporary of Ram Dass and Krishna Dass ), Andrea Castillo, Francisco Gable, Bhikkhu Analayo, Guy Armstrong, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived near Deer Park Monastery in California, founded by Thich Nhat Hanh in the Plum Village tradition, where she practiced every week and participated in three mindfulness retreats. In addition, since 2011 she has participated in 27 vipassana/mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield ( 2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Bob Stahl (former director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018, 2020, 2021), Andrea Castillo and Bruni Dávila (Insight Retreat Center in Santa Cruz, California, 2019, 2020, 2021) Guy and Sally Armstrong (senior teachers at Insight Meditation Society, 2020, 2021), Gil Fronsdal (founder Insight Meditation Center of Red Wood City, 2020, 2021). She belongs to the sangha led by Mary Grace Orr, and has belonged to several meditation sanghas, including Dharma en Español, led by Andrea Castillo (2019-2020); Unity sangha led by Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; as well as Insight San Diego (2015-2016) in California, Four-Fold Sangha at Deer Park Monastery, in Escondido, California (2015-2016), Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) and Centro de Zen Soto de Cupey (2018). She studied with interspiritual writer and teacher and Mirabai Starr in 2015, and took mindful writing courses with Amy Spies at Insight L.A. in Los Angeles, California (2016, 2020, 2021).
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Before being a mindfulness instructor, Yaisha Vargas was a "hard news" journalist (1999-2008) for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), EFE Spanish International News Agency (2003-2005) and The Associated Press (2005 -2008). She received awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008), and the Laura Rivera Meléndez Foundation (2007). She has 13 years of experience in specific coverage of holistic health topics (2008-2021).
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Between 2010 and 2020, she was author of the column "90 days," published in the newspaper El Nuevo Día, which recounted the courageous journey of a spiritual seeker to find total healing and a deep meaning in life. As part of that search, she traveled to India, Spain, Missouri (USA) and California (USA). During her travels, she met more than 25 spiritual teachers and speakers from different spiritual traditions; worked as a Silent Unity prayer associate in Unity Village, Missouri, and as a customer service representative for that institution.
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In 2012, she began writing for Daily Word / La Palabra Diaria magazine in Unity Village, Missouri, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Roy Harvey, former editor of the magazine. Daily Word / The Daily Word has been published since 1924, has had up to two million readers, and is translated into eight languages. As associate editor, Yaisha was in charge of overseeing the Spanish translation for Spanish-speaking countries. She has also written articles for Vibra Bien Magazine, and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters in Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word / La Palabra Diaria.
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Originally from Puerto Rico, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, the Unity School of Practical Christianity, and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Majaiana (Zen) and Tibetan traditions.
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She has studied various types of yoga since 2004 in Puerto Rico, India and the United States. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two graduate students from her teaching programs. In the United States, she studied with Judith Lasater (2011), who brought restorative yoga to America; Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar system, and Mary Obendorfer (2011), senior teacher in the Iyengar system and co-director of the B.K.S. Iyengar in San Diego. He also taught restorative yoga classes for two years in Puerto Rico (2008-2010) and had students when he lived in India (2010) and Missouri (2011).
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She was born in Santurce, Puerto Rico, in 1977 and spent most of her childhood and adolescence in the town of Trujillo Alto. She graduated as the valedictorian of her high school class at Colegio Nuestra Señora del Carmen in 1995 and her score on the College Board tests (the local SAT's) was in the top 100 that year in the island. She was editor of the school newspaper "Reflejos" and co-editor of the yearbook. She also graduated Summa Cum Laude from her BA in Communication with specialties in Journalism and Telecommunications at the Universidad del Sagrado Corazón in Puerto Rico (1999). She was awarded the Portico Medal and the "Exceptional Students Fund" Grant (FEE) from that institution. Her name appears on Dean's List (1998). She studied two Master's degrees in film script writing at the Universitat Autònoma de Barcelona (2001) and at the Menéndez Pelayo International University in Valencia (2002).
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She is proficient in radio and public speaking, as well as writing, editing, and proofreading in Spanish and English. She has translated, edited and proofread translations, in both book and pamphlet works, for Daily Word and Unity Headquarters in Missouri; Al Anon Family Groups World Service Office in Virginia; Barre Center for Buddhist Studies in Massachusetts; the University of Zaragoza in Spain; the Centers for Spiritual Living headquarters of Ernest Holmes's Science of Mind philosophy in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico, and Newsela Inc., in the United States.
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She writes, edits, and translates in both languages on the topics above. She offers her services from the website www.amysticwriter.com.
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