Por Samadhi Yaisha / crónica publicada el domingo 23 de diciembre de 2012 en el diario puertorriqueño “El Nuevo Día”
El sistema linfático es uno de los secretos mejores guardados del cuerpo humano. Un laberinto de misterios húmedos, de memorias almacenadas en linfocitos y escondidas en las entretelas musculares y nerviosas.
Sistema linfático humano (wisegeek.com)
Es también un campo de batallas microbianas. La linfa lleva nutrientes a las células y recoge sus basuritas. Como no tiene sistema de bombeo propio, depende del corazón, de que hagamos ejercicio y de la terapia de masaje para transcurrir y limpiar. Cuando los canales excretores están bloqueados, las toxinas no tienen hacia donde salir y se almacenan en algunos huecos del cuerpo, algo así como esconder el polvo bajo la alfombra de la cocina y no sacar la basura. Ello crea múltiples enfermedades.
Asegurado el apoyo para arrestar una adicción al azúcar y comidas insanas, busqué recomendaciones para hallar terapista, pues aún tenía síntomas de estar intoxicada con la comida chatarra que ingerí antes. Una vez la encontré, me explicó que trabajaba “activación linfática… un método que abre (los canales de) el cuerpo para que tenga la habilidad de sanarse a sí mismo”.
Otra promesa de sanación holística. La pospuse por un tiempo y enfrenté mis dudas. ¿Me atrevería a creer otra vez? ¿Dejaría que alguien abriera nuevamente canales en mi cuerpo? Y si ella encontraba cosas que no sabía sanar, ¿me echaría la culpa de ello? ¿Me dejaría sobre la camilla como un médico que abre una herida y no sabe coserla de nuevo?
Sólo había una forma de saberlo. Acordamos una cita y le envié mi historial. Conduje hasta su consultorio llena de miedo, pero con la esperanza a flor de piel. “Estoy en otra ciudad, éste es otro momento. Ya no quiero pensar negativamente”. Pero la esperanza ganó terreno hasta que llegué a su consultorio, donde todo era demasiado similar. Hay primeras veces que se repiten. “Salir de aquí”, susurraba mi mente, conspirando un escape. Sentí una inyección de adrenalina, y apliqué el poco conocimiento de meditación Vipassana que tenía para adentrarme en su estudio y atravesar mis miedos. Sin embargo, cuando vi la misma camilla, se desplomaron mis hombros y reventaron mis lágrimas. Me senté, me encogí, fracasé. “¡Hasta cuándo voy a ser esclava de mis recuerdos!”, me recriminé.
(catchcocowordpress.com)
La terapista me ofreció una servilleta y me escuchó decir que pocas cosas me habían funcionado a largo plazo. “Me dijeron que era mi karma y que buscara ayuda en otra parte. Ya no busco días estupendos. Un día sin llorar, ha sido un buen día”. Ella agitó su cabeza con vehemencia y me confrontó: “¿Serías capaz de entender que puede que algo viva en tu cuerpo? ¡Esto no es culpa tuya!” Y señalando mi historial: “¡Mira todo lo que has hecho para sanar!”
Me explicó que el cuerpo necesita tratamientos que lo ayuden desintoxicar. De lo contrario, proliferan gérmenes cuyos desechos químicos pueden llegar al sistema nervioso y al cerebro, causando problemas. Esta terapista era una amazona herbolaria que se dedicaba a cazar parásitos: gusanos, amebas, protozoarios, y otros alienígenas que festejan gracias a las viscosidades humanas.
“Ya yo intenté desparecer el ‘yeast’ de mi cuerpo y por poco desaparezco yo”, le advertí. Ella rebatió: “El hongo de la levadura es sólo uno de muchos que puedes tener. Hay patógenos que se alojan en la cabeza y causan depresión”.
Me preguntó si algún talento particular quedó bloqueado con mis afecciones. Con ello despertó un recuerdo que apuñalaba las vísceras de mis sueños más íntimos. El día en que admití que perdía interés en mi entrenamiento holístico porque, a medida que iba sanando, florecía de nuevo el anhelo de escribir. Ese día me atreví a ser honesta, pero la reacción fue tan explosiva que seguí el adiestramiento sin quererlo. El temor de no ser aceptada fue tan apabullante que, una vez más, me abandoné a mí para cumplir una meta ajena, para ser querida, para encajar; lo que me llevó de vuelta a tristeza y a la comida. La codependencia era el parásito alojado en mi espina emocional.
La terapista hablaba sin parar sobre los métodos que trabajaríamos, pero yo no quise oír promesas. Mi quijada se desencajó y escuché, en la parte de atrás de mi cabeza, el rugido de una pantera que salía en mi defensa; el arquetipo felino que despertó en India. Interrumpí su soliloquio: “Te voy a decir una cosa”, apunté su frente con mi dedo índice. “Si en algún momento te das cuenta que no me puedes ayudar más, te sientas conmigo y me lo explicas tú directamente. ¡No esperes a que ya yo no pueda hacer nada al respecto!” Me miró directa: “Precisamente, mi problema es que le digo la verdad a la gente sobre lo que ocurre en sus cuerpos, y no vuelven. Tendría muchos más clientes”, me sonrió. “Y vamos a sacar adelante a tu escritora, ¡ya verás!”.
Artemisia annua o ‘sweet wormwood’ (alienplantsofbelgium.be)
Respiré. Teníamos el primer paso gano: no comer chucherías. De lo contario, el tratamiento sería una puerta giratoria para las toxinas. La terapista pasó su mano sobre mi cuerpo como si fuera un escáner, y se detuvo en el área del corazón. “Aquí está el bloqueo más grande”, me dijo, en los vasos linfáticos principales. Me recostó sobre mi lado derecho y exprimió mi corazón como una esponjita. Por fin se alivió la pesadumbre de mi brazo izquierdo.
El primer tratamiento fue un conjunto hierbas: psilio, nogal negro, bardana, gingseng, cáscara sagrada y ruibarbo turco, entre otras. Se desató en mi cuerpo un catarro tipo maremoto, con todo y réplicas. Aquella gripe iba más hondo en vez de querer salir, y presencié una batalla entre mis linfocitos y los alienígenas que no querían morir. Lo más fuerte fue sacudir mi nariz y, durante meses, expulsar coágulos de sangre a medida que la sinusitis que padecí desde niña se despegaba de mis senos nasales. Fue quitarme una máscara que había crecido detrás de mi rostro. Expulsé tanta mucosidad infecciosa que, al cabo de varios meses, la terapista exclamó: “¡No en balde estabas deprimida! ¡Todo eso presionaba tu cabeza!”
En el transcurso de un año, tratamos: aceites esenciales, plata coloidal, baños de sal de higuera, té de canela, té de jengibre, concentrado de nogal negro, extracto de semilla de toronja, añadimos jenjibre, ajo o rábano picante a los vegetales, y la planta Artemisia annua, cuyo nombre se deriva de Artemisa, diosa helena de la caza que también aliviaba enfermedades, a menudo representada con arco y flecha. Artemsia annua fue uno de los tratamientos más certeros. Con ella reaparecía el arquetipo de la arquera que había visto en India. En esa etapa tuve unas pocas erupciones en la piel, algunas de ellas cerca de la columna vertebral.
Diosa griega Artemis (kusadasi.tv)
Simultáneamente, trabajé las afirmaciones que aprendí en mis clases de metafísica. Pero, al repetir “soy digna de ser amada” y “me amo y me acepto a mí misma”, algo en mi interior pegaba de vuelta diciendo “¡NO!”. Aquella creencia era fuerte; la sentía como una criatura que estaba viva por su cuenta, aunque “utilizaba” mi cuerpo para existir. Una duende tosca y peluda que quería ser aceptada en su fealdad. En mis meditaciones, vi qué recuerdos crearon esa sombra, y trabajé con mi mente para quitarles poder. Leía a Louise Hay y a Myrtle Fillmore, entre otras. Todo lo que entraba a mi mente -películas, audio, lectura, conversaciones, meditaciones- iba dirigido a sanar.
Recuperé pequeñas cosas: la caligrafía, cuadrar la chequera, enviar facturas, escribir sin torturas, y la limpieza en mi casa. Mi cuerpo se deshinchó por dentro, y pude respirar hasta la parte más alta de mi frente, y la parte más profunda de mis pulmones. Paulatinamente, fui dejando de llorar. Y ahora sí tengo días estupendos.
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦
❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
View all posts by Yaisha Vargas-Pérez
6 Comments
Cuanta búsqueda para sanar, cuanto sufrimiento, ha sido durísimo, pero tu ahí sigues, eres una gran luchadora y una campeona. Lagrimas en mis ojos. Felices Fiestas Samadhi, llenas de energías, buenas vibraciones, amor y Luz.. Bendiciones.
Saludos,
… muy interesante tema.
Quusiera saber si puede proveer inf de estos contactos terapistas linfaticos herbolarios q se especializan en detectar como un scanner donde existen los bloqueos en nuestros cuerpos.
Gracias y les deseo un feliz 2013.
Cuanta búsqueda para sanar, cuanto sufrimiento, ha sido durísimo, pero tu ahí sigues, eres una gran luchadora y una campeona. Lagrimas en mis ojos. Felices Fiestas Samadhi, llenas de energías, buenas vibraciones, amor y Luz.. Bendiciones.
Gracias por tus hermosas palabras 🙂
Belllo!!!!
Saludos,
… muy interesante tema.
Quusiera saber si puede proveer inf de estos contactos terapistas linfaticos herbolarios q se especializan en detectar como un scanner donde existen los bloqueos en nuestros cuerpos.
Gracias y les deseo un feliz 2013.
Querida Sandra, Te respondo por e-mail. ¡Gracias por contactarnos!
Querida Sandra, te he respondido por e-mail. Déjame saber si recibiste el mensaje. ¡Gracias!