La diferencia entre ayudar, arreglar y servir

Por Yaisha Vargas-Pérez, certificada como maestra de mindfulness por el Greater Good Science Center adscrito a UC Berkeley

LA DIFERENCIA ENTRE AYUDAR, ARREGLAR Y SERVIR – ¡No es lo mismo! Imponer ayuda que no nos han pedido puede acabar causando el mismo resentimiento que los consejos no solicitados. Puede acabar siendo una acción de entrometimiento; puede habilitar que la otra persona no se ayude a sí misma y por lo tanto no crezca; puede invisibilizar a la otra persona o crear una relación desigual entre un “héroe” y una persona “salvada”, o una persona “dominante” y una persona “débil” o “rota”.

A veces, cuando queremos “ayudar” o “arreglar”, interrumpimos un proceso necesario que otro ser necesita para crecer, o ponemos a otros por debajo de nosotros. Tal vez entendemos que lo estamos haciendo desprendidamente, pero es importante ver nuestras intenciones de manera clara. ¿Haríamos esto si supiéramos que no habrá crédito para enorgullecernos de ello, para ser el héroe de la historia, para sentir que valemos más a costa de otra persona? ¿Acaso estamos tratando de sentirnos valiosos o construir un ego o imagen a costa de los demás?

Servir es diferente. Servir es darle a otro la dignidad de que escoja si necesita nuestra ayuda o no, porque: ¡No se trata de nosotros! Y nos permite hacernos a un lado si lo que la otra persona necesita es aprender las herramientas para ayudarse a sí misma a ser más fuerte y crecer SIN QUE DEPENDA DE NOSOTROS o nuestra ayuda o arreglo.

Rachel Naomi Remen, autora del artículo “Fixing, Helping, or Serving?” dice: “El servicio es una relación entre iguales: nuestro servicio nos fortalece tanto a nosotros como a los demás. Arreglar y ayudar nos drena y con el tiempo nos quemamos, pero el servicio nos renueva”.

Remen explica que, cuando ayudamos y arreglamos, lo estamos haciendo desde nuestro ego, que tiene una estructura y energía limitadas. Tal vez lo hacemos por gratificación o satisfacción personal. No estamos haciendo algo “malo”. Pero si “ayudamos” buscando solo nuestra propia satisfacción o gratificación o engrandecimiento, entonces no es muy diferente a querer satisfacernos con cualquier otro mecanismo que nos dé un buen “chute” de gratificación: “Fue gracias a mí”. “No puede vivir sin mí”. “No sabe qué hacer sin mí”. “Nadie te va a querer / ayudar como yo”. “Mira a ver qué te vas a hacer sin mí”. “Tú sin mí…”. Se trata de nosotros, no de la dignidad de la otra persona. Este tipo de “ayuda” y “arreglo” nos drena; puede causarle resentimiento a la persona que tratamos de “ayudar”, y cuando nos quemamos, nos causa resentimiento a nosotr@s también.

En cambio, el servicio parte de la premisa de que tanto yo como la otra persona somos seres plenos y completos que compartimos una experiencia común. No estamos rotos. La otra persona tampoco está rota. El sentido de completitud y plenitud es el mismo en mí y en la otra persona. No hay jerarquías, dominancia, imposición de un paracaídas… Si vemos que tal vez la otra persona tiene alguna necesidad y nos sentimos motivados por una compasión genuina (¡que no es lo mismo que tener pena o lástima!), existe la sensibilidad de acercarse al otro CON DIGNIDAD PARA PREGUNTAR PRIMERO: ¿Necesitas asistencia? ¿Puedo ser de servicio en algo?

En el caso del servicio, vamos con la intención de que la otra persona nos diga cómo necesita que seamos de servicio, en vez de imponerle que sabemos más… Incluso tenemos la apertura de que nos diga que no necesita nuestro servicio. Nos hacemos a un lado y dejamos que la otra persona tome sus propias decisiones y reciba asistencia si desea… aunque no estemos de acuerdo, ¡porque no se trata de nosotros! Al compartir en un sentido de igualdad, tal vez nos sorprendamos de ver que la presencia de la otra persona también nos toca de manera especial, también nos enseña, también nos hace crecer, porque hemos escogido verle como un igual, como un ser pleno. Servimos por generosidad, por un desprendimiento auténtico, y eso no nos pesa, no nos carga, al contrario, nos aliviana. La generosidad se renueva a sí misma.

¿Te sientes drenad@ o te sientes plen@? ¿Estás ayudando, arreglando o sirviendo?


Les invito a leer el artículo de Rachel Naomi Remen en la página mentalhealthsf.org: https://www.mentalhealthsf.org/wp-content/uploads/2020/01/HelpingFixingServing-by-Rachel-Remen.pdf

Aquí dejo un abrazo por si lo necesitas. Que sea de alivio para tu corazón.

Calendario de actividades: https://yaishavargas.com/2024/01/09/calendario-para-enero-y-febrero-2024/

Photo by Arina Krasnikova: https://www.pexels.com/photo/a-tuxedo-cat-hugging-the-orange-tabby-cat-7725619/

Leave a Reply