Por Samadhi Yaisha Vargas/crónica publicada el domingo 27 de octubre de 2013 en el diario puertorriqueño “El Nuevo Día”
“¿Te vas a casa, Dorothy?”, me preguntó un ministro, mirando mis zapatos rojos. Ironías y sincronías, porque mis zapatillas con hebillas y medias gruesas se dirigían a una consulta sobre, precisamente, la búsqueda de mi hogar espiritual. Había conocido una persona que vivía en el Cuzco, Perú, y estaba de visita en Estados Unidos. Planificaba llevar un grupo de viajeros a Machu Pichu y me apunté. Mi brújula espiritual apuntaba hacia tierra inca. Por fin visitaría América del Sur como parte de mis aventuras.
Pedí vacaciones y comencé a hacer un presupuesto, segura de que éste no sería un brinco cuántico como el que había hecho al irme a India. No tendría que dejar mi trabajo ni invertir todo mi dinero en la travesía. Así lo planifiqué, sin embargo, mi jefa me negó vacaciones por ser temporada alta de trabajo. No quería perder una oportunidad que parecía única, y parte de mi jornada espiritual. Contemplé “enfermarme a propósito”. Mi supervisora fue gentil, pero directa: al cuarto día de ausencia, perdería mi trabajo. “Esto como que no está funcionando”, dije enojada, y lista para comprar un boleto sin regreso y quedarme en Perú. Sólo que ahora tenía mis gatos, una mudanza más pesada, y no quería causarle dolores de cabeza a mi familia. Frustrada, me senté a meditar, y recibí el mensaje de que tuviera paciencia, que algo mejor iba a pasar… “Tómalo un respiro a la vez”, escuché. ¿Para qué mostrarme el viaje a Perú si no podría asistir?, le riposté a mi intuición.
Luego de que hice el paso 3 en mis procesos de recuperación, entregar mi vida a un Poder Superior como yo lo concibo, hubo un periodo de ajuste en el que me costó entender la diferencia entre lo que mi mente humana quería y lo que esa conciencia superior quería para mí. Mi maestro y mi grupo de meditación me invitaron a reflexionar si el viaje a Perú representaba la ilusión por hallar algo que estaba justo donde estaba yo. Durante tres días libres en la temporada navideña viajé a Puerto Rico para ver la posibilidad de regresar, pero dos situaciones amargas que viví me hicieron desistir. Regresé a Estados Unidos sintiéndome nuevamente sin ancla. Me senté en el aeropuerto con la ansiedad corriendo sobre mi piel, como si mi amor propio sufriera de un corto circuito. Tenía una vivienda, pero no un sentido de hogar ni conexión sólida con otros seres humanos. Necesitaba ir hacia adentro, hacia mi silencio más profundo, para hallar respuestas. Así que, mientras todo el mundo celebraba el Año Nuevo, yo me sumergí en un retiro en silencio durante un fin de semana, y allí me rendí ante el Absoluto. Dicen que rendirse es de débiles, pero estaba cansada de intentarlo todo a fuerza de mollero y sufrir. ¿Qué detenía la posibilidad de encontrar mi hogar? Atreverme a crear lazos fuertes o significativos de nuevo implicaba poner mi corazón en la raya, abrirle la posibilidad al amor, pero también al rechazo. “Es como cuando alguien ha tenido un accidente y debe pasar por el proceso de terapia. Le es doloroso aprender a volver a caminar, pero si no lo hace, nunca volverá a caminar”, me dijo mi maestro de meditación. Fue en ese retiro, cobijándome en mi propia quietud, que decidí hacerme responsable de mi amor propio y de establecer relaciones saludables con los demás. Le dije a la Presencia en mí: “Estoy lista para el hogar que tú tienes para mí, ¡donde quiera que eso sea en el mundo! Mientras tanto, me voy a quedar aquí”. Dejé ir cualquier expectativa.
Transcurrió quizás una semana, cuando escuché con claridad a mi intuición: “Pon tus cosas en cajas, que te vas a mudar pronto”. Mi primera reacción fue de rebeldía. “¡Pero si acabo de decidir que me voy a quedar aquí, ¿y ahora quieres que me mude?! ¡¡A dónde!!” Si algo sabe hacer la voz interior, es darle a una razones para desarrollar paciencia. La última vez que dejé pasar una advertencia de este tipo, terminé mudándome de país en dos semanas y casi se me va el avión.
Dos semanas después, recibí un correo electrónico sobre una casa disponible en la organización espiritual para la que trabajaba, un hermoso campus. Un año y siete meses antes, había puesto mi nombre en la lista de espera y lo había olvidado. Estaría a pasos de la puerta de entrada a mi trabajo, la renta era menor que en el primer estudio diminuto en el que viví en la ciudad, la propiedad era tres veces más grande, tendría marquesina y aceptarían mis dos gatos. Era, además, una estructura histórica en excelentes condiciones. Levanté mis manos en señal de agradecimiento. Entendí por qué el viaje a Perú se había hecho agua. Si hubiese abandonado mi trabajo, no hubiese aparecido esa oportunidad.
Sin embargo, mi contrato de arrendamiento anterior aún no había vencido, y mi casera dijo que no lo dejaría sin efecto. Según la ley, le debía la renta de dos meses si me quería mudar, y yo no podía hacer ese desembolso. Tampoco quería competir con otros candidatos para ocupar la casa, y por mantener mi paz financiera, estuve a punto de dejar ir la opción. Pero mi voz interior me habló con firmeza: “No dejes ir esta oportunidad, no será sólo una casa para ti. Ése será tu hogar y allí vas a escribir”.
“Pues si quieres que viva allí, me vas a tener que decir con claridad qué hacer. No quiero ambigüedades”, reté a mi intuición, y me senté a meditar con todo y mis temores. Mi presencia interior me abrazó, y recibí guía clara de lo que debía hacer, paso a paso, como si alguien me susurrara al oído. Debía ir donde mi nueva casera, a cierta hora de la mañana al día siguiente, y pedirle que prorrateara la renta que le debería durante dos meses en el pago de próximos 10 meses. Me sonaba a locura, pues yo no era la primera en la lista de espera, y muy bien podían escoger a otro, pero hice exactamente lo que escuché. Redacté una propuesta y fue como si me estuviesen dictando lo que debía escribir. Tras lo cual, también supe que ya había hecho todo lo que me tocaba hacer. Me tocaba dejarlo ir y no preocuparme por ello. Durante un par de días, seguí mi rutina y ni siquiera pensé en el resultado. Un lunes recibí una llamada: “La casa es tuya”. No sólo aceptaron mi oferta, sino que mi casera anterior me perdonó un mes sin yo pedírselo. Todo lo que narro en este párrafo ocurrió en menos de una semana. Poco tiempo después supe que, por diversas razones, los candidatos en lista de espera antes que yo no cumplieron requisitos o no quisieron la propiedad sin haberla visto. Aquella experiencia me sirvió para ver que el poder de la intención derrumba muros. Desde un punto de vista racional, tal parece que a mí no me tocaba vivir allí. He aprendido que las circunstancias externas pueden darme evidencia contraria a lo que quiere manifestarse desde mi interior, y que me toca utilizar mis habilidades para apoyar lo que quiere nacer desde mi alma.
Te arrodillarás de agradecimiento
Cuando entré en la vivienda, hasta recibí instrucciones claras de dónde haría qué: “Aquí vas a hacer yoga, aquí va tu sofá, aquí vas a escribir”. Escribiría junto a una linda ventana con vista hacia el este, un extenso patio con bonita vegetación y animales característicos de la zona. Era un pedacito de campo en medio de la ciudad. El agradecimiento que sentía no cabía en mí. Qué diferencia a mis primeros meses en la ciudad, llenos de incertidumbre y dolor. Miré mis diarios anteriores, y encontré notas del mes de septiembre de 2010, antes de partir hacia tres destinos espirituales. Mi intuición me dijo entonces: “Cuando llegues a tu tercer destino, tendrás todo lo que necesitas, y te arrodillarás de agradecimiento”. Como si mi intuición conociera toda mi historia futura, y me la dejara saber a pedacitos.
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
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❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
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3 Comments
Puertas abiertas!!! Bellisimo escrito; me ha encantado como todo claro.
Un abrazo.
P.D. Està pendiente el viaje a Machu-pichu, Perù.
Puertas abiertas!!! Bellisimo escrito; me ha encantado como todo claro.
Un abrazo.
P.D. Està pendiente el viaje a Machu-pichu, Perù.
¡Sí! Espero que ese viaje ocurra pronto. 🙂 Abrazos!
Sí, está pendiente ese viaje. Cuando el Universo diga, allí estaré. 🙂