Me pregunto si fue un error de sintaxis que se replicó con el tiempo y las traducciones históricas, porque el “mandamiento” de amor sólo me funcionó cuando lo puse al revés. “Como a ti misma, ama a tu prójimo”.
La indoctrinación religiosa me atocigó a temprana edad que no importa lo que hiciera, sería pecadora siempre; y que para merecer el cielo tenía que hacer un millón de cosas. Aún así, sería extremadamente difícil llegar allí. Tenía que ser perfecta y negar mi humanidad. Juro que lo intenté. Desprecié todos mis defectos e hice lo indecible por ser una prístina figura de porcelana espiritual. Eso terminó por frustrarme sin retorno.
Cuando entendí que en el fondo de todos mis atolladeros yacía el mismo desamor propio, mi mente se topó con un magnánimo problema sin solución lógica. ¿Cómo me amo a mí misma? Lo intenté abarrotándome de cosas materiales y comida, pero eso me hizo infeliz.
Mi vida había estado al revés porque mis creencias sobre lo que era la Vida también estaban invertidas. Muchos libros de consejería y autoayuda, la práctica de meditación Vipassana, lo que aprendí con Osho, la yoga, mis procesos de recuperación de doce pasos, la pintura meditativa y la metafísica de Nuevo Pensamiento, recomendaban comenzar por el amor propio. También animaban a establecer una relación personal y sólida con un Ser Superior, el cual sería la fuente de guía y amor inagotables. A principios de ese año tracé la intención firme de que el año no terminaría sin yo descubrir cómo hacer ambas. Fueron doce meses de enseñanzas intensas, algó así como entrenar para un maratón.
Al principio, cuando practicaba abrir mi corazón para amarme a mí misma, me topaba con recuerdos de las veces en que otras personas me habían tratado mal, un gran obstáculo en la práctica. Pregunté en mi escritura: “¿Por qué me molesta aún el trato que recibí?” Esperé en meditación y recibí la siguiente respuesta: “Porque así de mal es como te tratas a ti misma y lo detestas, pero no sabes tratarte de otra manera”. Si alguien me hubiese susurrado al oído las cosas negativas que mi mente repetía, no lo hubiese tolerado.
Amarse a una misma venía antes que amar al prójimo. No podía experimentar una cosa sin la otra. Comencé por diseñar mi teología personal poniendo a la inversa lo que había aprendido. Ya había dado el primer paso con la práctica de soltar creencias anquilosadas: “Dejo en libertad los patrones de pensamientos que crearon (ansiedad, depresión, sufrimiento, etc)”. Luego comencé a creer que sí merecía sanación, solvencia económica, relaciones saludables, paz, alegría interior… en otras palabras, un estado de integridad. Repetía y ejecutaba: porque me amo a mí misma, me alimento saludablemente, descanso lo necesario, continúo mis procesos de sanación, merezco perdonar y ser perdonada. Merezco relaciones saludables.
Invertí el mandamiento más importantes que había aprendido. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” pasó a ser “Como a mí misma, amo a mi prójimo”. Pero aún me cuestionaba el cómo, pues me habían enseñado que los demás iban primero y yo última. En ello estaba, cuando tomé una clase de interpretación metafísica con énfasis en lo que significaba la figura de Cristo en la Biblia.
Un concepto nuevo de Cristo
Los términos “Cristo”, “Biblia”, “Iglesia”, “reverendo”, “ministro”, “cura” y “religión” me provocaban una profunda aversión. Los asociaba con fanatismo, manipulación, control político, guerras, evangelización forzada, colonización genocida, abuso infantil, venta de indulgencias (compre el perdón ahora y peque después) y el secuestro del paraíso al cual todos los seres tienen derecho a pertenecer. Alguien más tendría la llave de entrada y decidiría si yo había sido lo suficientemente buena y merecedora. Y eso me daba mucha rabia. Me sentía separada.
Porque estaba decidida a buscar una fuente inagotable de amor interior, fundamental para continuar mi sanación, escogí el concepto de un Poder Superior de amor, y aprendía a relacionarme con esa Presencia. La había ido encontrando a través de los doce pasos, la meditación Vipassana y su práctica de “metta”, la cual significa enviar amor a todos los seres, comenzando por una misma. Entendí que todos los seres están hechos de la misma sustancia de vida.
La metafísica abonó a ese proceso con un concepto de Dios como una idea sin tiempo ni espacio. Era el Absoluto en quietud y potencialidad. Sin embargo, entendía que para haber originado el mundo relativo, tenía un aspecto de movimiento, algo así como una ignición, un intermediario que insufla vida, crea ciclos, se manifiesta en seres diversos y evoluciona. El concepto de Cristo era Dios en movimiento, y alcanzaba su expresión máxima en el ser humano. “Dios duerme en las rocas, respira en las plantas, se mueve en los animales y despierta en los humanos”, escuché a una ministro de Nuevo Pensamiento. La Biblia de momento se abrió ante mis ojos como un vasto código de mitología que contenía -en personajes diversos- todos los estados de conciencia de los seres humanos, desde los abominables hasta los altruistas. Entre todos ellos, representaban la jornada del héroe (y sus antagonistas) que yo había aprendido del mitólogo Joseph Campbell. El ser humano nació en el paraíso, fue desterrado de su hogar por ignorancia y atravesó múltiples jornadas para regresar a casa, a un estado de integridad y amor absoluto.
Lo que entendió la figura histórica de Jesús era que los seres humanos tenían la capacidad de manifestar todo el potencial que les había sido otorgado por naturaleza, y para ello no era necesario otro código más que el amor. Ello le quitaba poder a cualquier autoridad externa. Quizás por eso fue condenado a la pena de muerte. Cristo no era una persona, sino una Presencia que él manifestó en su expresión máxima: es la capacidad de resucitar o regenerarse ante cualquier circunstancia o pérdida. En puertorriqueño lo conocemos coloquialmente como “echar pa’lante”.
Este conocimiento me dio la llave para acceder a un estado de integridad (o paraíso). Sólo yo podía escoger abrir o cerrar mi mente y corazón al entendimiento de que la Vida (Dios en movimiento, Cristo) fluía en mí, originaba mi respiración y mis latidos, y me empujaba a sanar. Sólo yo podía escoger confiar en Ella y abrirle la puerta a su proceso de crecimiento y evolución. “Todo el mundo tiene el potencial de Cristo. Es como cultivar una semilla. Así es como crece en su estado completo en ti. Es como estar preñada… Y hacer que esa criatura alcance un estado completo es decisión nuestra”, dijo la instructora. Estancarme en mi evolución había generado enfermedad y sufrimiento. Abrirle mi corazón había provocado una limpieza interior y un parto cósmico. Una persona nueva comenzaba a moverse y manifestarse en mí. La codependiente y la que comía sin tregua comenzaron a perder terreno. La luz interior rosada que había surgido en mi renacimiento se expandía poco a poco.
Entendí que intentar amar a otros antes de sentir amor hacia mí misma integralmente era codependencia. Era un “amor” que se desgastaba. Aunque otros lo vieran como un periodo de egoísmo o vanidad, yo necesitaba profundizar en mi amor propio para regresar a un estado de integridad. Sólo desde una comprensión profunda y compasiva –y no condenatoria– de mi propia naturaleza humana, amarla con toda su vulnerabilidad y condicionamientos, podía aprender a amar a toda la humanidad. Ahí estaba mi nuevo mandamiento. Cuando lo practiqué “al revés”, mi vida comenzó a enderezarse.
Busca en Facebook: “90 días: una jornada para sanar”
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦
❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
View all posts by Yaisha Vargas-Pérez
8 Comments
Una de las piezas más impactantes. He ahí una de las grades claves.
Tu artículo del domingo me fascinó. Siempre me preguntaba lo mismo. No puedo querer a otros si no me acepto yo primero.Si no tienes amor no puedes darlo.
Gracias, Nitza, por compartir tu experiencia. Hace mucho tiempo que vengo leyendo sobre el tema. Años quizás, pero no fue hasta que profundicé en mi práctica que comencé a entender cuán importante era, y cuán invertido tenía el mensaje en mi cabeza. Un abrazo. 🙂
Hoy leí el artículo Un remedio para el insomnio y me vi retratada. Busqué tu página y estoy interesada en continuar leyendolos. Gracias por tu aportación para sanar vidas.
Gracias, Gélida, por leer y aportar. Comparto lo que me ayuda a sanar. Puedes encontrar las demás crónicas en la pestaña que dice “90 días Español”. Están todas las que han sido publicadas desde octubre de 2010. 🙂 Lindo día. 🙂
Una de las piezas más impactantes. He ahí una de las grades claves.
Gracias Carmen…. Así me impactó a mí… Te abrazo. ❤
Tu artículo del domingo me fascinó. Siempre me preguntaba lo mismo. No puedo querer a otros si no me acepto yo primero.Si no tienes amor no puedes darlo.
Gracias, Nitza, por compartir tu experiencia. Hace mucho tiempo que vengo leyendo sobre el tema. Años quizás, pero no fue hasta que profundicé en mi práctica que comencé a entender cuán importante era, y cuán invertido tenía el mensaje en mi cabeza. Un abrazo. 🙂
Siempre leo sus columnas, pero la del domingo fue excepcional, única y sanadora.
Gracias, Marina. Comparto lo que me ayuda a sanar y le agradezco al Universo que la experiencia haya sido de sanación para ti también. Un abrazo. 🙂
Hoy leí el artículo Un remedio para el insomnio y me vi retratada. Busqué tu página y estoy interesada en continuar leyendolos. Gracias por tu aportación para sanar vidas.
Gracias, Gélida, por leer y aportar. Comparto lo que me ayuda a sanar. Puedes encontrar las demás crónicas en la pestaña que dice “90 días Español”. Están todas las que han sido publicadas desde octubre de 2010. 🙂 Lindo día. 🙂