Por Samadhi Yaisha/crónica publicada el domingo 28 de octubre de 2012 en el diario puertorriqueño El Nuevo Día
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La codependencia política: una afección del espíritu.
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¿Qué tienen que ver la espiritualidad y la política? Creí que escribir sobre temas espirituales me liberaría del karma político, hasta que un día el tema surgió en Kansas City, durante varias sesiones de consejería de vida con una facilitadora que no era puertorriqueña. Tratando de entender de dónde surgían mi codependencia y otras características, hallamos que me habían marcado profundamente proceder de un país que no se pertenece a sí mismo y tener familiares afectados por las guerras ajenas en las que habían participado.
Entendí que mis relaciones codependientes habían sido un microcosmos de la relación de codependencia aguda que vive Puerto Rico con Estados Unidos.
La codependencia es una condición compleja que ocurre en relaciones de poder y desigualdad. Es una danza en la que el ente dominante rescata porque ve un elemento de conveniencia, pero en su interior cree que el dominado no puede por sí mismo, no es suficiente y es de menor categoría: “sin mí tú no eres nadie” o “te cuido por que tú no sabes cómo sobrevivir”. Se vale de la indecisión del dominado para dejar las cosas como están.
El controlado juega a que lo cuiden, piensa que el controlador lleva la delantera y su deber es dejarse guiar porque teme no saber hacerlo por sí mismo. Además, le es muy cómodo ser el “mantenido”. Cree que su deber es soportar lo que venga a cambio de que le provean lo que, según entiende, no puede lograr por sus medios. Complace al que le domina por encima de sus propias necesidades esperando ser complacido y amado de vuelta.
Tras un periodo de luna de miel, la interacción descrita se vuelve insoportable.
Los codependientes hemos sido fieles creyentes de la autopena, el no puedo, el no soy suficiente y se me va a acabar el dinero. Ay bendito. En nuestra mente, le hemos tenido un asiento preferencial a la culpa. Por mi gran culpa. Es un estado de conciencia que a su vez alberga a otras adicciones más fuertes. Es difícil de ver y superar, pero no imposible. A ello le achaco que tantas veces me que he quedado en el casi casi. Como mi país, no alcanzo lo que quiero. A veces no sé lo que quiero.
Los codependientes le hemos temido tanto a la panza vacía que preferimos dejar el morir el alma que nos empuja a evolucionar; el Ser interior de donde surgen todas las respuestas y soluciones. Ser o no ser. Esa autopena es peligrosa, es enemiga del espíritu que impulsa a la capacidad humana de sobreponerse ante cualquier circunstancia.
La consecuencia de mis relaciones codependientes críticas ha sido un estallido de violencia interior, una implosión de ira y desamparo: insalubridad emocional. Me veo en el espejo de Puerto Rico y sus titulares diarios: insalubridad psicológica, política y económica.
Irónicamente, he aspirado a ser como algunas de las personas a quienes entregué el dominio de mi vida porque parecían tener la magia que no encontraba en mí misma. Pero querer ser como otra persona es codependencia. Querer ser como otro país, también.
“Solamente puedes ser tú mismo, no puedes ser como alguien más; su plaza ya está ocupada”, escuché decir a un instructor de metafísica.
Cada ser y país existen para cumplir un propósito único de evolución y la codependencia trunca ese fin. El espíritu que ha cedido su búsqueda personal se deprime, se estanca y se enferma.
Para quien crea que la codependencia no es una enfermedad o no tiene consecuencias, pregúntenle a la que suscribe, que dejó su carrera y estudios en la escuela graduada para buscar sanación a su ciclo de impotencia emocional. Sí llegué a tomar y pasar con buena calificación la clase de Derecho Constitucional, lo suficiente como para ahora hacer la conexión política-emocional-espiritual y quedarme atónita con sus consecuencias en mi vida.
El condicionamiento político actual está enraizado en las decisiones del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre los Casos Insulares en las primeras décadas del siglo 20, que reiteran la estocada contradicción: “Puerto Rico es un territorio accesorio y perteneciente a los Estados Unidos, pero no es parte de los Estados Unidos”. Un territorio apéndice. Un estatus político decidido por un panel de jueces por quienes nadie votó, el cual cambiado en su fachada, pero no en su raíz.
He existido en un hogar políticamente alquilado. No en balde sigo buscando un hogar seguro.
Comencé a visitar otros países a mis 22 años y aún recuerdo cuánto me impactó no encontrar mi bandera en los pabellones internacionales. Parada en el miradero de la Torre Eiffel en París, tuve que buscar las banderas de Cuba y República Dominicana para saber en qué dirección geográfica estaba mi isla. En ese momento reflexioné que Puerto Rico tampoco tenía estrella en la bandera del país que lo dominaba… Como si yo procediera de una tierra invisible.
Sistema que perpetúa su status quo.
Mi tío cursó su primer grado en la década de 1950 -mientras se maquillaba nuestro condicionamiento político ante la ONU y el mundo- y recuerda cuando la maestra enseñó que Puerto Rico era pequeño y no tenía recursos. “¡No tenemos recursos!”, pensó mi tío a sus seis años, mientras se sembraba en su psiquis el germen del no puedo que se cosecha en el miedo de que no sobreviviremos.
En su libro “Las penas de la colonia más antigua del mundo”, el juez José Trías Monje escribió: “Las condiciones políticas, económicas y sociales de la isla no son nada de que ni Estados Unidos ni Puerto Rico puedan estar orgullosos. Se han dado grandes pasos en varias áreas, pero a alto precio. En el proceso, el pueblo…. se ha vuelto, en deplorable medida, adicto a las limosnas, acostumbrado a condiciones de inferioridad política e indiferente en gran medida a la erosión de su identidad nacional”…. “Los resultados políticos de casi un siglo de dominio estadounidense son también descorazonadores. Durante este periodo, mientras otras ex-sociedades coloniales han estado logrando su libertad de varias maneras, Puerto Rico ha estado llevando la vida de los sin hogar, expuesto al cortante viento del sometimiento”…“El primer paso para dar una lúcida nueva mirada a Puerto Rico debe ser comprender qué está mal en su situación presente”.
Rompiendo el ciclo
El primer paso de mi recuperación fue aceptar que la codependencia estaba en mí y que solamente yo podía decidir que tenía que acabarse. No siempre ocurrió que la parte dominante aceptara un proceso pacífico de autodeterminación, validación o negociación, algo que generó inestabilidad y violencia emocional. A veces simplemente tuve que seguir caminando, encontrar apoyo sólido en otros que se habían recuperado antes de mí y escuchar cómo encontraron su camino de vuelta. Irónicamente, algunas herramientas valiosas las he hallado en la metrópolis. El virus y su antígeno salen del mismo lugar.
El segundo paso fue querer sanarme -pero querer desde las tripas- reaprender a vivir desde mis capacidades, con los talentos y recursos que la Vida me otorgó. Y creer que ello será suficiente. Y como no tengo intención de dorar la píldora, confieso que ha sido económicamente escabroso al principio, pero he podido sobrevivir y tener más paz. Ha requerido entender que la solución no estaba fuera de mí misma.
Poco a poco he vuelto a ser capaz de mirar más allá de mi circunstancia personal. Veo el panorama económico mundial inclinar su balanza y observo cómo algunos países han establecido alianzas económicas para salir adelante, pero desde su soberanía; una interdependencia que es el antídoto a la codependencia.
La interdependencia es posible. Todo depende de que el codependiente quiera sanar.
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
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❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
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4 Comments
WOW!!!! Has puesto palabras a mis pensamientos sobre la codependencia de pais con la que convivimos a diario. Pienso que de ahi el que tengamos tantos problemas sociales y economicos!!!! Problemas de toda indole que se reflejan en todas nuestras instituciones gubernamentales y sociales. Mientras no reconozcamos la enfermedad que tenemos como pais, costara mucho poder superarnos como pueblo. Al menos guardo la esperanza de que si individualmente empezamos a romper con nuestra codependencia, algun dia podamos levantarnos como pueblo y exijamos la dignidad que nos merecemos. Gracias por tu escrito!!!
Carmen Minerva
Gracias a ti, Minverva, por leer. También digo Wow, porque recuerdo el momento en que comencé a hacer la conexión entre ambas cosas, surgió al trabajar mi propia codependencia. No pude parar de escribir sobre el tema cuando veía las coincidencias. Yo también creo que ése es el camino, trabajar la codependencia a nivel individual, ayudar a que nos demos cuenta, despertar a que Puerto Rico vive una situación política indigna. Todo comienza por hacernos responsables de que también hemos escogido reiteradamente quedarnos ahí. Siempre le echamos la culpa al gobierno: “el gobierno que hace esto y aquello”. Pero nunca decimos: “el gobierno por el que yo voté hizo esto y aquello”. Cuando hay más opciones para votar, optamos por no darles oportunidad. Gracias por compartir tu vivencia, bienvenida a este espacio y también al grupo de FB “90 días: una jornada para sanar”
Excelente! Nunca habia leido sobre esta conexion tan importante y reveladora sobre un perfil social y emocional puertorriqueno, el cual se manifieta en nuestro estado de conciencia como pueblo. Ya es hora de crecer, sanar y pararnos sobre nuestros pies, solo para saber de lo que somos capaces por nosotr@s mism@s. Gracias, esta reflexion es un impulso a reconocer que incluso nuestras preferencias politicas son un reflejo de lo que somos y nos falta por crecer como seres human@s. Es la vision que nos llevara a alcanzar un salto cuantico en nuestro desarrollo como pueblo y de nuestra identidad integral como ciudadan@s.
Gracias Ana, por tu valioso comentario. Ver la conexión se me hizo difícil mientras he vivido en suelo boricua. Las dos veces que he vivido fuera, una por estudios y ahora por trabajo, he podido verlo, imagino que es la perspectiva, poder mirarlo desde otro país. Nos falta por crecer, pero creo que tenemos lo que necesitamos, sólo tenemos que reconocerlo y seguir echando hacia adelante. Un abrazo y gracias de nuevo.
WOW!!!! Has puesto palabras a mis pensamientos sobre la codependencia de pais con la que convivimos a diario. Pienso que de ahi el que tengamos tantos problemas sociales y economicos!!!! Problemas de toda indole que se reflejan en todas nuestras instituciones gubernamentales y sociales. Mientras no reconozcamos la enfermedad que tenemos como pais, costara mucho poder superarnos como pueblo. Al menos guardo la esperanza de que si individualmente empezamos a romper con nuestra codependencia, algun dia podamos levantarnos como pueblo y exijamos la dignidad que nos merecemos. Gracias por tu escrito!!!
Carmen Minerva
Gracias a ti, Minverva, por leer. También digo Wow, porque recuerdo el momento en que comencé a hacer la conexión entre ambas cosas, surgió al trabajar mi propia codependencia. No pude parar de escribir sobre el tema cuando veía las coincidencias. Yo también creo que ése es el camino, trabajar la codependencia a nivel individual, ayudar a que nos demos cuenta, despertar a que Puerto Rico vive una situación política indigna. Todo comienza por hacernos responsables de que también hemos escogido reiteradamente quedarnos ahí. Siempre le echamos la culpa al gobierno: “el gobierno que hace esto y aquello”. Pero nunca decimos: “el gobierno por el que yo voté hizo esto y aquello”. Cuando hay más opciones para votar, optamos por no darles oportunidad. Gracias por compartir tu vivencia, bienvenida a este espacio y también al grupo de FB “90 días: una jornada para sanar”
Excelente! Nunca habia leido sobre esta conexion tan importante y reveladora sobre un perfil social y emocional puertorriqueno, el cual se manifieta en nuestro estado de conciencia como pueblo. Ya es hora de crecer, sanar y pararnos sobre nuestros pies, solo para saber de lo que somos capaces por nosotr@s mism@s. Gracias, esta reflexion es un impulso a reconocer que incluso nuestras preferencias politicas son un reflejo de lo que somos y nos falta por crecer como seres human@s. Es la vision que nos llevara a alcanzar un salto cuantico en nuestro desarrollo como pueblo y de nuestra identidad integral como ciudadan@s.
Gracias Ana, por tu valioso comentario. Ver la conexión se me hizo difícil mientras he vivido en suelo boricua. Las dos veces que he vivido fuera, una por estudios y ahora por trabajo, he podido verlo, imagino que es la perspectiva, poder mirarlo desde otro país. Nos falta por crecer, pero creo que tenemos lo que necesitamos, sólo tenemos que reconocerlo y seguir echando hacia adelante. Un abrazo y gracias de nuevo.