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Bienvenidos a mi blog, “90 días”. Estas andanzas comenzaron mucho antes de los 90 días que narro aquí y quién sabe hasta cuándo se extenderán. Aquí cuento la aventura de realización espiritual que le pedí a la Vida por ingenuidad el día de mi cumpleaños número 33, el 6 de junio de 2010, en una meditación en la playa, y que comenzó a manifestarse en las próximas semanas a través de varios incidentes que derrumbaron el pequeño mundo que conocía.
Tantas lecciones apretadas que viví en los próximos 90 días tras esa llamada, y en los 90 días subsiguientes en los que viajé a India, han sido narrados en columnas/crónicas en el diario puertorriqueño “El Nuevo Día” bajo el nombre de “90 días”. Reproduzco aquí, con los comentarios hechos por amistades y conocidos en Facebook, los que han salido hasta ahora y los que saldrán después. 🙂
Gracias a todos los que han seguido el viaje. Sin ustedes, quizás hubiese soltado la pluma electrónica hace un rato.
Un abrazo solidario,
Samadhi. Y.
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Welcome to my blog, “90 days.” These travelings started long before the 90 days I narrate here, and who knows how long they will last. Here I tell the adventure of spiritual realization that I naively asked Life as a gift for my 33th birthday on June 6, 2010, during a meditation on the beach and which started to manifest over the next few weeks in the form of a phone call and various incidents that made the small world in which I lived fall to pieces.
The many and cramped lessons I learned over the next 90 days after that call, and the 90 days after those, when I travelled to India, have been narrated in columns/chronicles in the Puerto Rican journal “El Nuevo Día” with the name “90 days.” Here I reproduce the ones that have been published until now, including the comments left by friends and acquaintances on Facebook, and the ones that will be published later. 🙂
Thanks to all that have followed the trip. Without you, I would have probably dropped the electronic pen a while ago.
Receive my solidary hug,
Samadhi. Y.
Te busco desde el 2011 en el Nuevo Día y espero el Dios de los Desaparecidos te CONSERVE, porque formas parte del aire para respirar ya. Yo no había buscado este blog, no entro en Facebook. Por causalidad lo encontré. GRACIAS por todas las palabras vertidas. No dejes de escribir, De ahora en adelante también te seguiré aquí. TODO es BUENO, me gustaron todas las secciones, los cuentos, las poesías… TODO. Iluminada como tu nombre siempre serás. El 6 de junio es un buen día para nacer… eso decía mi mamá. GRACIAS…otra vez.
Wow, María, ¡¡tus palabras me asombran!! Yo sólo comencé a escribir porque necesitaba sanar, necesitaba contar mi jornada, tenía un gran deseo de compartir mis vivencias. Escribo desde joven y, como dices, es como respirar. Tengo que hacerlo. Así es que proceso la vida. Gracias por leer mis palabras. Seguiré vertiéndolas por aquí y donde quiera que me dejen escribirlas! Gracias, de nuevo, por tu entusiasmo. Es muy bien apreciado. Bendiciones y paz~ Samadhi Y.
Pensé que se había perdido mi ’emilio’. Por eso cuando vi tu correo me elevó a la felicidad. Hoy ha sido un día muy especial con los ‘regalos’ recibidos y tu correo fue la corona. Siempre sigo tus columnas pues son clases de vida que me ayudan como ayudan a tantos otros. Yo he llorado contigo, me he reído contigo y me he sorprendido contigo por las coincidencias en nuestras vidas. Por ello pues leyendo tu columna del chocolate y las adicciones, tengo que reconocer que tu columna es una adicción, pero para mí es algo muy positivo pues son lecciones de vida para poder seguir adelante.
Después te escribí otro correo y me vino devuelto no sé si fue que incluí una foto de un pájaro y por eso no pasó. Voy a tratar de darle paste aquí a ver si te llega. Yaisha GRACIAS, que todo el bien que nos haces se te multiplique en alegrías y en salud para tu papá, para tí y para tu entorno. Me gustó mucho tu columna del chocolate la voy a releer para aplicarla. Ahi va el correo:
La vida es difícil desde el mismo momento en que abres los ojos y te dan el primer golpecito para respirar hasta ese último momento que se cierran para ya no estar más. La mirada limpia a los ojos de otro, siempre buscando la conexión (aceptación) y quedarte vacía cuando no lo consigues. Los temores te reducen a quedarte en una esquina suspirando, anhelando la serenidad de algún consuelo, de una paz a prueba de falsas pretensiones. Y te vas quedando sola y descubriendo en esa soledad la felicidad del silencio, de la contemplación del mundo y su belleza. Cuanto tiempo pasé buscando afuera lo que estaba adentro. El balance tardamos en encontrarlo a veces, pero siempre nos brinda el suspiro de como tu dices: “Respirar en Paz y Disfrutar de Felicidad”.
Mi agradecimiento a tu Musa, Bravo! Sigue escribiendo…
La foto: Mi amigo Pancho y su mirada limpia. (Pájaro Yaboa en Estanque Parque Urbano Yauco) Lo siento la foto no salió…
María M.
¡Gracias, María! Sí recuerdo haber visto este mensaje, pero luego dejé de verlo, no lo encontré. Sí, lo más importante que estoy aprendiendo es que no importa lo que pase afuera, me toca seguir respirando y estar consciente. Es una lección que aprendí finalmente cuando encontré maestros que tuvieron la destreza de enseñármela con paciencia y amor, repitiendo múltiples veces que fuera paciente y gentil conmigo misma. Poco a poco, el entendimiento llegó. Sí podemos vivir sin la compulsión (a lo que sea), es una práctica de un momento a la vez. Bendiciones y paz, Samadhi Y.
Gracias Yaisha, seguiré disfrutando tus escritos. Paz para tí también. María M.