Por Samadhi Y. Vargas/crónica publicada el domingo 20 de abril en el diario puertorriqueño “El Nuevo Día”
“Aunque mi vida así sea nada / y en medio de la nada existo / con perfume de flores visto / mi sentir, con el sol, mi mirada. / Así el polvo quede en mis recuerdos / como último anhelo de la nada / mi esencia es la luna callada / y mis respiros aliento nuevo”. Estas son las dos primeras estrofas de un soneto que escribí a los 15 años, cuando ya sabía que aunque mi vida fuera pasajera, podía vestirme de naturaleza y agradecer mi aliento de vida. Es cierto que cuando una es niña y adolescente ya lo sabe todo y luego olvida. Esa sabiduría inmortal hoy me rescata.
Una crece y, en aras de construir una vida cómoda, lineal e irreal para complacer al mundo, olvida lo que vino a hacer a la Tierra. He sido capaz de tener esa expectativa incluso con mi jornada espiritual, pensar que “cuando termine esta técnica, estos pasos, este proceso, descansaré en éxtasis y se acabarán todos mis sufrimientos”. Pero al llegar a lo que parece ser el cierre de un periodo de crecimiento exponencial y veloz, me he topado con el siguiente letrero: “Gracias por llegar a la meta. Ahora, bienvenida al punto de partida. ¡Ya pasaste por aquí!” Al “final” de este capítulo, la vida me ha puesto a transitar pasos de recuperación de nuevo, en un proceso más profundo que me es difícil verbalizar.
Este desenlace y comienzo de un viaje intenso me enseña a entregarme más al presente, a este momento en el que escribo en la pantalla de mi computadora mientras escucho el secundero marcar el fluir de vida que jamás retrocederá, y a no perdeme el instante exacto en el que mecanografío el punto de esta oración. Tic toc, otro segundo expiró. Este periodo de mi vida se pliega sobre sí mismo con el propósito de mostrarme que mi nuevo capítulo es tan parecido al anterior, pero más hondo hacia mí misma y más revolucionario en mi conciencia.
De pronto, el silencio se abre ante mí como un acto de rebeldía. Aprendí de Jack Kornfield, maestro de meditación Vipassana: “A veces, el acto político más grande es apagar las noticias y encender a Mozart. O caminar en la playa o las montañas durante el atardecer. O leer un poema. Darse cuenta de la posibilidad –en medio de todas las diez mil penas y alegrías– de encontrar algo de paz y equilibrio aquí, en este corazón, que entonces pueda brindarlo al mundo a nuestro alrededor”.
A veces, el acto político más grande ha sido quedarme radicalmente quieta ante la acción de otra persona, mientras escaneo las reacciones en la cápsula humana que habito y observo sus formas programadas de responder a la vida. O estar consciente de cada impulso, tensión muscular, deseo de reír, llorar o disparar adrenalina en este cuerpo. Y practico la destreza de, en ese mismo instante, decidir si reacciono desde lo que fui o escojo ser una persona nueva.
A veces, el acto político más grande ha sido sentarme a meditar en medio del abatimiento más impune y mirar el amanecer, sabiendo que eso es lo que se verdaderamente se avecina en mi vida, ya ni siquiera como una esperanza, sino como un hecho que se yergue ante mis ojos. Resucitar es un derecho que tenemos todos. La vida continúa.
Y estar viva es un acto de rebeldía.
Parada frente a este portal que se abre en mi camino y mi subconsciente, escucho sorprendida el reclamo de rescatar mi nombre de pila. La adolescente que escribió aquel poema se cuestiona si realmente viví una transformación al cambiar mi nombre para ser “más espiritual”, o si revestí mi humanidad porque sentía vergüenza de ella. La lección, a la misma vez dura y liberadora, está aún inconclusa.
Con cada tic toc del secundero nace más entendimiento y, en algunos momentos, la posibilidad de comenzar de nuevo y sin saber qué nombre finalmente tendré. Lo que más me asombra es que no estoy asustada por ello, porque la jornada me ha enseñado que la identidad que una adquiere es, como todo lo demás en este plano relativo, fluido, impermanente y producto de las experiencias vividas. El único apego que tengo es que no quisiera despertar, como lo hizo Alonso Quijano, al final de mis días, para descubrir que quizás leí demasiados libros espirituales y, en la búsqueda de iluminarme en otras tierras, enloquecí de percepciones falsas sobre mí y sobre otros, y peleé contra horrores que existían sólo en mi cabeza.
Recientemente aprendí de un maestro zen la respuesta a quizás todas las preguntas apremiantes de la vida. Su explicación me recordó la faena de los científicos aún tratan de descifrar si el Universo se expande más rápido o más lento que hace millones de años. No saben muy bien qué causa ese fenómeno, aunque por el momento se lo han atribuido a la energía oscura, aunque igual, no pueden explicar qué es eso exactamente. En otras palabras, “no sabemos”.
Otro día escuché a una maestra de meditación Vipassana narrar que no podemos argüir con certeza absoluta cómo una semilla sabe que debe crecer como un árbol de fresas y no como algún otro fruto. Sabemos que está en su código de ADN, y que despertará con la cantidad adecuada de terreno, calor y agua. ¿Pero quién o qué codificó ese proceso, y que sea una fresa en vez de un aguacate? No sabemos.
Pues bien, ese maestro zen me enseñó que lo único que puedo contemplar como verdad relativa es mi experiencia directa a través de los sentidos: aromas, colores, sabores, sonidos… Más allá de eso, no tengo experiencia directa, no puedo saber qué hay más allá de este momento. En otras palabras: no sé.
Lo único que sé como cierto es que, en este instante, soy una materialización de conciencia en un cuerpo, un proceso fluido, capaz de percibir el campo de energía que me rodea. Y que, tan pronto capturo lo que este momento ofrece mientras está vivo, en el próximo segundo, cambia. La manecilla del reloj se mueve, exhalo el aire que inhalé, y en ese movimiento yace la única evidencia de vida, la única prueba de que la iluminación existe. El diccionario me recuerda que la palabra “movimiento” tiene como sinónimos: revolución, rebelión y revuelta. Y entonces vuelvo a mi nombre espiritual Abhi Samadhi, “la iluminación ahora, sin miedo”, y al recuerdo de que mi nombre de pila, Ya-isha, tiene un significado similar. Y a la sabiduría de que todos los nombres humanos tienen un denominador común: despertar. Podemos dejar ir el miedo a vivir, no es necesario.
Recientemente, una compañera de trabajo me contó que, cuando su hijo Satar tenía tres años, corría mientras pronunciaba con viveza e ímpetu: “¡Ser, o sí ser!” Me iluminé con el entendimiento de que a los tres años sí lo sabemos todo.
Y aunque sé lo inevitable de morir y nacer entre este segundo y el próximo, entre el atardecer y el amanecer, entre la nada que fui y seré, me rebelo, como el fascinante atisbo que soy de la creatividad del Universo, y armada con todo mi libre albedrío, escojo: “¡Ser, o sí ser!” No me detiene la incertidumbre, elijo vivir. Y pensar que no hay más alternativas.
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦ ❦
❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
View all posts by Yaisha Vargas-Pérez