por Samadhi Yaisha / crónica publicada en el periódico puertorriqueño “El Nuevo Día” el domingo 21 de julio de 2013
By Getfunky Paris (Flickr: Saint-Marcel-d’Ardèche) [CC BY 2.0 ], via Wikimedia Commons
Enfrentar a Dios. Tenerle rabia de frente sin tapujos. Cantarle las verdades de lo que la vida se supone que fuera y lo que resultó ser. Decirle que ya no le tenía miedo. Ese paradigma de un dios viejo, barbudo y machista se desmoronó finalmente el día en que una mentora me dijo que ya no podría ayudarme en mi programa de recuperación por una diferencia de zonas horarias. Era la quinta vez en menos de un año que necesité cambiar de mentoría, tres de ellas por necesidades de la otra persona. Y cada despedida era un duelo, volver a decirle adiós a mi madre, rememorar la separación de mi madre espiritual, tener coraje con la vida por las figuras de apoyo femenino que se esfumaban, quedándome con el hueco de un auxilio ausente.
Pero aquel día se colmó la copa, porque estaba segura que esa mentora se quedaría. Dios no podía ser tan cruel y removerla de mi vida por un asunto tan simple. Tras terminar la llamada, me senté sobre la cama, impávida, mientras un remolino de emociones escalaba por mi esófago. Nada me preparó para el dragón de ira, dolor y frustración que se desató, una bola de fuego que estalló ventana afuera. Me harté de sentirme abandonada.
Le pregunté a ese dios arbitrario y caprichoso más de un millón de veces: por qué. Lo reté embravecida, armada de mi hastío, a que acabara de explicar por qué aquel escenario se repetía. Lo amenacé con dejar mi programa de recuperación, o cambiar a otro, cualquier cosa antes de pasar por la odisea de buscar otra mentora y perderla de nuevo. Le dije que ya estaba bueno. Y me senté sobre un cojín de meditación a esperar su explicación, que más le valía, fuera de inmediato. No me daba la gana de esperar más para entender sus intenciones.
Durante aquel intercambio en soliloquio, la adoctrinada en mí se sentía culpable de confrontar a Dios, en mayúscula, como aún lo veía. Pero la rebelde en mí necesitaba quebrantar el molde. Quizás Friedrich Nietzsche tenía razón y a Dios le tocaba morir.
By Albarosa Ortiz (Own work) [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia CommonsEn medio de aquella batalla teológica, mi teléfono celular vibró. Una compañera de mi programa de recuperación escuchó sin juicios ni condenación. Le narré que había trabajado el tercero de los doce pasos (poner mi vida al cuidado de un Poder Superior, como yo lo concebía) y que al confrontar al dios que me aprisionaba, sentía que pisaba terreno prohibido. Ecos de sacrilegio reverberaban en mi cabeza.
“Si estás haciendo el tercer paso, y tienes coraje con Dios, estás exactamente donde necesitas estar”, fue su respuesta. Me quedé perpleja. Yo peleaba, no con la Divinidad en sí, sino con un concepto caduco e inservible de ésta.
Me senté en el cojín a observar mi incertidumbre. Apenas días antes, durante un retiro en silencio, me había sentido amada y apreciada por la Presencia divina en mí, así que esto no tenía sentido. Finalmente, mi estructura emocional se rindió por cansancio y rogó que meditáramos. Recosté mi espalda sobre el cojín y, casi de inmediato, entré en un profundo trance. Aún con la frustración, tuve la intención de aprender la lección dentro de aquella situación. Enfoqué mi atención en respirar una y otra vez. Decidí sentir mis emociones y localizar en qué parte de mi cuerpo -mi cápsula cósmica- se encontraban. Fue como escanear mi cuerpo por dentro y entenderlo como un contenedor de sentimientos, pensamientos y experiencias. A medida que profundizaba, me vi a mí misma entrando a una cueva húmeda con una linterna, gracias a la cual podía ver en las paredes rocosas algunas hendiduras blandas y vulnerables que parecían estar vivas. Eran los lugares en los que se habían almacenado memorias y emociones de dolor. Supe que aquella cueva era mi estructura humana, mi cápsula. Observé con asombro y compasión cómo la habían marcado las experiencias. Sentí gratitud por todo lo que ella había atravesado, aguantado y luchado. En ello estaba, cuando percibí que entró a la cueva una brisa sutil, como si la formación rocosa misma respirara. Aquella Presencia era una nube de rocío y serenidad. Entendí que yo no era la estructura de la cueva, pero sí el Ser que habitaba adentro. De inmediato, sentí alivio. Yo no era el dolor, ni la experiencia de abandono. Sí, todo eso había ocurrido y estaba ahí, almacenado en mi cuerpo, pero yo no era mi cuerpo. Intuitivamente supe que aquellos bolsillos de memorias dolorosas podían ser sanados, no tenían que quedarse así. Me relacionaba con un nuevo concepto de un Poder Superior, una Presencia sutil que habitaba en mí misma.
Tras la meditación, mi frustración se esfumó. Aún dolía perder a mi mentora, pero esa tristeza era más bien un llamado a atravesar la pérdida y honrar su despedida para yo continuar con mi vida. Al regresar a mi cotidianeidad aún sentía congoja, pero no era debilitante. Ya que había entendido mi cólera como parte de mi experiencia humana, y la había llevado al campo meditativo, entonces fui capaz de procesarla y dejarla pasar. Me rasguñó los pulmones levemente, y se disipó poco a poco en unas 24 horas, un enorme progreso en comparación con mis experiencias anteriores.
By Alfie (Helmut Schütz) (Own work) [CC BY-SA 3.0 ], via Wikimedia CommonsLe envié un mensaje de gratitud a la mentora que partía de mi vida. Fue probablemente el adiós más saludable que pude expresarle a una mentora, y ambas compartimos cuánto nos importaba el bienestar de la otra. Comencé a comprender que mi recuperación no dependía de otro ser humano, sino de aquella Presencia abstracta que se movía en mí. A la mañana siguiente, asistí a una reunión de apoyo, y me tocó leer: “Recuérdale al recién llegado que su recuperación no depende de las personas. Depende de su relación con su Poder Superior”. Me reí. Las coincidencias cósmicas ya eran parte de mi rutina diaria. Por esos días también recibí un artículo escrito por una maestra espiritual llamada Gangaji, en el cual subrayé: “Cuando estamos dispuestas y listas, lo que pensamos es lo peor de nosotras se convierte en una de las más importantes lecciones de libertad”.
El tercer paso fue una especie de portal dimensional, en el cual dejé atrás finalmente el concepto de un dios ajeno, masculino, autoritario, déspota, a través del cual otros contralaban mi vida, producto del adoctrinamiento, y al que le tenía miedo y rencor. La lección que pedí aprender con obstinación se convirtió en una dulce invitación para confiar en que la Presencia sutil que conocí sería suficiente para guiarme el resto del tramo de mi sanación y de mi vida.
(English below)
Periodista, columnista y practicante e instructora de mindfulness. Tiene nueve años de experiencia en la cobertura de noticias generales (1999-2008) y diez años de experiencia en la cobertura específica de temas de salud holística (2008-2018). Como periodista de temas generales, fue reportera de WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), redactora para la Agencia Española de Noticias EFE (2003-2005) y reportera para The Associated Press (2005-2008). Recibió premios de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (2001 y 2007), el Overseas Press Club (2008) y la Fundación Laura Rivera Meléndez (2007).
Desde el 2010, ha sido la autora de la columna “90 días”, que se publica en el periódico El Nuevo Día, la cual narra la arrojada travesía de una buscadora espiritual para encontrar sanación total y un profundo sentido de la vida.
En 2012 comenzó a escribir para la revista Daily Word / La Palabra Diaria y entre 2013 y 2015 fue la editora asociada de Laura Harvey, editora anterior de la revista. Aún escribe para ese medio. También ha escrito artículos para la revista Vibra Bien Magazine, y ha traducido innumerables artículos y folletos para la Sede Central de Unity en Missouri. Sus poemas han sido publicados en El Nuevo Día y Daily Word/La Palabra Diaria.
Oriunda de Puerto Rico, ha vivido en Valencia, España (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), y Escondido, California (2015-2016). Ha estudiado y practicado espiritualidad en ashrams, escuelas de yoga, monasterios, la Escuela de Cristianismo Práctico Unity y centros de meditación budista en las tradiciones theravada (vipassana), majaiana (zen) y tibetana.
Yaisha ha estudiado varios tipos de yoga desde el año 2004 en Puerto Rico, India y Estados Unidos. Conoció a B.K.S. Iyengar en Puna, India (2010) y estudió con dos estudiantes graduados de sus programas de enseñanza. En Estados Unidos, estudió con Judith Lasater (2011), quien trajo la yoga restaurativa a América; con Aadil Palkhivala (2011), cofundador de Purna Yoga; con Kim Lacy (2011-2015), maestra certificada en el sistema Iyengar, y con Mary Obendorfer (2011), maestra senior del sistema Iyengar y codirectora del Centro de Yoga B.K.S. Iyengar en San Diego. También impartió clases de yoga restaurativa durante dos años en Puerto Rico (2008-2010) y tuvo estudiantes cuando vivió en India (2010) y en Missouri (2011).
Comenzó a estudiar mindfulness en el año 2011 bajo la tutela de Robert Brumet en Kansas City, Missouri, quien estudió con el reconocido psicólogo Jack Kornfield, una de las figuras principales en traer el mindfulness y la tradición theravada del budismo (vipassana) a Occidente. Entre los maestros de mindfulness de Yaisha se destacan Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (investigadora pionera de self-compassion), Chan Huy (quien estudió directamente con Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das (contemporáneo de Ram Dass y Krishna Dass), las enseñanzas de Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein y Sharon Salzberg. Entre 2015 y 2016, vivió cerca del monasterio Deer Park en California, fundado por Thich Nhat Hanh en la tradición de Plum Village, donde practicaba todas las semanas y realizó tres retiros de mindfulness. Además, desde 2011 ha participado en retiros de mindfulness con Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (fundadora de Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (actual director de Insight Santa Cruz, 2016, 2018). Ha pertenecido a las sanghas de meditación de Robert Brumet (2011-2015) y Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) en Kansas City, Missouri; así como a Insight San Diego (2015-2016) en California, Four-Fold Sangha en Deer Park Monastery, en Escondido, California (2015-2016), el Centro Zen de Puerto Rico (2015-2018) y el Centro de Zen Soto de Cupey (2018). Estudió con la escritora y maestra interespiritual y Mirabai Starr en 2015, y tomó cursos de mindful writing con Amy Spies en Insight L.A. en Los Ángeles, California (2016).
Actualmente, realiza una certificación en mindfulness a cargo de los reconocidos doctores en psicología Jack Kornfield y Tara Brach, la cual será otorgada en el 2019 por el Awareness Training Institute y el Greater Good Science Center en California.
Domina el medio de la radio y la oratoria, así como la redacción, edición y revisión de texto en español y en inglés. Ha traducido, editado y revisado traducciones, en trabajos tanto de libros como folletos, para Daily Word / La Palabra Diaria, la Sede Central de Unity, en Missouri; Al‑Anon Family Groups, en Virginia; la sede central de Centers for Spiritual Living, de la filosofía La Ciencia de la Mente de Ernest Holmes, en Colorado; el Center for Spiritual Living en Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., en Puerto Rico; Newsela Inc., en Estados Unidos, y el Centro de Periodismo Investigativo en Puerto Rico.
Escribe, edita y traduce en ambos idiomas sobre los temas mencionados. Es dueña del sitio web www.mindfulwritings.com ❦
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❦ Journalist, columnist, and mindfulness meditation practitioner and instructor. Yaisha has nine years of experience in hard-news coverage (1999-2008) and ten years of experience specifically in holistic health topics (2008-2018). As a hard-news journalist, she was a reporter for WKAQ-Radio Reloj (1999-2005), a writer for EFE International Spanish News Agency (2003-2005) and a reporter for The Associated Press (2005-2008). She earned awards from the Puerto Rico Journalists Association (2001 and 2007), the Overseas Press Club (2008) and Laura Rivera Meléndez Foundation (2007).
Since 2010, she has been the author of the column “90 días”, published by the Puerto Rican mainstream journal El Nuevo Día, in which she narrates the daring journey of a spiritual seeker to find deep and definite healing and meaning.
In 2012 she began writing for the Daily Word / La Palabra Diaria magazine, and between 2013 and 2015 she was the associate editor of Laura Harvey, former editor of the magazine. She still writes for Daily Word. She has also published articles on Vibra Bien Magazine and has translated countless articles and booklets for Unity World Headquarters at Unity Village, Missouri. Her poems have been published in El Nuevo Día and Daily Word/La Palabra Diaria.
A native Puerto Rican, she has lived in Valencia, Spain (2001), India (2010), Kansas City, Missouri (2010-2013); Unity Village, Missouri (2013-2015), and Escondido, California (2015-2016). She has studied and practiced spirituality in ashrams, yoga schools, monasteries, Unity School of Practical Christianity and Buddhist meditation centers in the Theravada (Vipassana), Mahayana (Zen) and Tibetan traditions.
Yaisha has studied several styles of yoga since 2004 in Puerto Rico, India, and the U.S. She met B.K.S. Iyengar in Puna, India (2010) and studied with two Iyengar Yoga teachers. In the U.S., she studied with Judith Lasater (2011), who brought the restorative yoga system to America; with Aadil Palkhivala (2011), co-founder of Purna Yoga; with Kim Lacy (2011-2015), certified teacher in the Iyengar Yoga system, and with Mary Obendorfer (2011) senior teacher of the Iyengar Yoga system and co-director of the B.K.S. Yoga Centers of San Diego. She also taught restorative yoga in Puerto Rico for two years (2008-2010), and had students when she lived in India (2010) and Missouri (2011).
She began studying mindfulness in 2011 with Robert Brumet in Kansas City, Missouri, who studied with renowned Buddhist psychologist Jack Kornfield. Kornfield is of the key figures in bringing mindfulness and the Buddhist Theravada tradition (Vipassana) to the West. Among Yaisha’s mindfulness teachers are Brumet, Kornfield, Tara Brach, Kristin Neff (pioneer researcher of self-compassion), Chan Huy (who studied directly with Thich Nhat Hanh), Lama Surya Das, the teachings of Thich Nhat Hanh, Joseph Goldstein, and Sharon Salzberg. Between 2015 and 2016, she lived close to Deer Park Monastery in Escondido, California, founded by Thich Nhat Hanh in the tradition of Plum Village, where she practiced every week and did three mindfulness retreats. Also, since 2011 she as attended mindfulness retreats with Brumet (2011-2015), Lama Surya Das (2012-2014), Chan Huy (2014), Sally Armstrong (2016), Christianne Wolf (2016, 2018), Jack Kornfield (2015, 2017), Tara Brach (2017), Kristin Neff (2016, 2018), Mary Grace Orr (founder of Insight Santa Cruz, 2016, 2018), Bob Stahl (current director of Insight Santa Cruz, 2016, 2018). She has belonged to the meditation sanghas of Robert Brumet (2011-2015) and Mindful Heart Meditation Sangha (2014-2015) in Kansas City, Missouri; and also, to Insight SD (2015-2016) in San Diego, California, Four-Fold Sangha in Deer Park Monastery in Escondido, California (2015-2016), the Puerto Rico Zen Center (2015-2018) and the Puerto Rizo Soto Zen Center of Cupey (2018). She studied with inter-spiritual teacher and writer Mirabai Starr in 2015 and took mindful writing courses with Amy Spies in Insight LA in Los Angeles, California (2016).
She is currently a student in the first class of the Mindfulness Meditation Teacher Certification Program, of which the main teachers are Buddhist psychologists Jack Kornfield and Tara Brach. She will be certified in 2019 by the Awareness Training Institute and the Greater Good Science Center in California.
She is a skilled radio host, public speaker, writer, editor, translator, and proofreader in both English and Spanish. She has translated, edited, and proofread translations for booklets and books for Daily Word / La Palabra Diaria, Unity World Headquarters in Missouri, Al‑Anon Family Groups, in Virginia; the headquarters for the Centers for Spiritual Living, the philosophy of The Science of Mind by Ernest Holmes, in Colorado; the Center for Spiritual Living in Santa Rosa, California; Estudios Técnicos, Inc., in Puerto Rico; Newsela Inc., in the U.S. and the Center for Investigative Journalism in Puerto Rico.
She writes, edits, and translates in both languages about the topics mentioned above. Yaisha is the owner of the website www.mindfulwritings.com ❦
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