De la adversidad al agradecimiento

Por Yaisha Vargas Pérez

Recuerdo un retiro de silencio en particular, de siete días, hace algunos años, en el que tuve lo que en el mindfulness se conoce como un «ataque de obstáculos». Aunque suene como algo aterrador, es bastante normal. Y es pasajero. En ocasiones, como parte del proceso de observar la mente intensamente durante un largo tiempo, muchos de nuestros temores comienzan a desfilar como por una pasarela. Si no tenemos el conocimiento de que son parte de la fase de «obstáculos» de la meditación, puede que nos creamos esas historias y nos asustemos mucho.

Si bien es incómodo, cuando superamos esa fase, encontramos que la mente se aclara, se asienta, se expande. Y en esa fase de la meditación, comienzan a surgir factores que nos llevan a despertar del sufrimiento: la alegría apacible, la tranquilidad y la ecuanimidad: un poderoso y sutil punto de equilibrio donde vemos que es posible que la mente deje de tener estrés. Vemos que la liberación, el fin del sufrimiento, es posible.

El tema de aquel retiro era la liberación de la mente de estrés y sufrimiento. Ahora puedo ver lo trascendental que fue aquel momento en mi práctica. Sin embargo, ¡sentir que mi mente estaba atrapada en un profundo cajón oscuro no fue nada divertido! Pasaban por mi pantalla mental imágenes de personas que habían causado dolor en mi vida, y lamentablemente, la lista no era corta.

Entonces recordé la práctica del agradecimiento. Recordé que también era cierto que muchas personas me habían amado, me habían tratado bien y habían sido de mucho beneficio en mi vida. Así que, igualmente, comencé a hacer una lista. ¡Era más del doble de larga que la lista de personas que habían causado dolor!

Es normal que la mente tenga la tendencia a pensar en las cosas difíciles que nos han ocurrido en el pasado para tratar de resolverlas. Es un mecanismo que la mente usa para sobrevivir, de la misma forma que nuestros ancestros recordaban con miedo o precaución dónde habían visto el tigre dientes de sable para no volver a pasar por allí. Aunque ya no vivimos en la jungla, nuestros mecanismos de protección son fuertes y parecen sólidos. Eludirlos puede ser difícil.

Aquel día, utilicé la técnica de guiar amablemente a mi mente a pensar en algo que también fuera cierto sobre mi vida y que me había ayudado a sobrevivir. Qué gran sorpresa que, sin negar que había cosas difíciles, pude ver con claridad que tenía muchas más cosas que agradecer. Y entonces, en vez de que el sufrimiento ganara terreno en mi mente, nacieron lágrimas de gratitud. Me di cuenta de que no había agradecido lo suficiente a las personas que estaban en la segunda lista, y comencé a enviarles mensajes con un corazón agradecido. ¡Tenía mucho que agradecer!

Incluso de las circunstancias difíciles podemos derivar mucho agradecimiento: todo lo que crecimos, la fe que desarrollamos, la solidaridad que recibimos, el amor que descubrimos. En mi caso, los desafíos me mantuvieron regresando al cojín de meditación, al próximo curso de mindfulness, a los retiros cada vez más largos. Agradezco profundamente a donde me ha llevado este sendero.

La enseñanza de mindfulness de los estados mentales está en el tercer fundamento del discurso de los cuatro fundamentos del mindfulness, el Satipatthana Sutta. Cuando la comparto, invito a los participantes a que cierren los ojos, visualicen en su mente una pizarra con la palabra «PROBLEMA», y observen las sensaciones en su cuerpo. Luego, les guío a que le pasen un borrador y visualicen en la pizarra la palabra «BONDAD». ¿Cómo se siente en el cuerpo visualizar la palabra «BONDAD»?

Usualmente, al visualizar la palabra «PROBLEMA», los participantes reportan que sienten contracción o ansiedad, y al visualizar la palabra «BONDAD», sienten alivio y tranquilidad.

«Mudar» con amabilidad a la mente de estados difíciles a estados hábiles también forma parte del sexto factor del Noble Óctuple Sendero: el esfuerzo sabio. Es importante guiar a la mente con integridad, no con el látigo. El trato que le demos a la mente también lo vamos a sentir en nuestro propio cuerpo.

Estos ejercicios podemos hacerlos al ver las circunstancias personales y del mundo. A veces, al leer el periódico, siento como si el planeta se quemara. Pero entonces, sin negar las cosas difíciles, presto atención algo que también es humanamente posible: la bondad de mucha gente. Claro que hay adversidad, pero también hay mucho agradecimiento. ¡Te invito a recordar eso cuando vuelvas a leer el periódico!

Escribe una lista de todas las personas que han sido una bendición en tu vida. Envíales un mensaje de agradecimiento. ¡Observa cómo se sienten tu mente y tu cuerpo!

Y si no encuentras mucho que agradecer, ¿puedes generar alguna acción bondadosa o generosa hacia otro ser? ¿Cómo te sientes tú al hacer eso? Es una poderosa práctica para generar bondad en el mundo.

¡Gracias por tu gratitud, tu generosidad y tu bondad!

Con cariño,

Yaisha

Yaisha Vargas Pérez es maestra de mindfulness certificada por el Greater Good Science Center adscrito a UC Berkeley (2019); tiene la certificación profesional de la International Mindfulness Teacher’s Association (IMTA); es mentora de mindfulness certificada por Jack Kornfield y Tara Brach a través de la plataforma Cloud Sangha/Banyon (2022), y certificada en capellanía ecológica por el Sati Center for Buddhist Studies en California (2024). Para ver su biografía completa, por favor visita: https://yaishavargas.com/about-yaisha-vargas/

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