❦Por Samadhi Yaisha/Mis musas diarias/Mi nutrición emocional

Se acercaba Acción de Gracias y con mi dieta especial, aunque deliciosa, dejaba fuera muchas cosas que son consumidas regularmente en esta época debido a las reacciones alérgicas en mi cuerpo. Mi mamá solía hacer un flan de calabaza con sabor celestial, cuya receta repetí hasta hace pocos años, todo desbordado de caramelo de azúcar blanca, leche de vaca, huevos, harina refinada, etcétera. Muy a lo boricua en temporada festiva.
El año pasado fue el primer Día de Acción de Gracias sin comilonas ni alimentos que le hacen daño a mi organismo –un logro absoluto– pero fue a costa de no comer nada festivo. Mi celebración fue poder estar abstinente, consciente y aún lo agradezco.
Este año, un poco más avanzada en mi proceso de recuperación, tomé ideas de las personas que comparten este camino conmigo y que hacen sus recetas especiales y alternas para Acción de Gracias y Navidad.
Durante semanas estuve considerando ingredientes que pudiese mezclar con calabaza para crear algún tipo de ‘pie’ o ‘mousse’. Intenté el tofú en varias ocasiones, sin éxito. No conseguí un alga llamada ‘irish moss’, conocida entre los veganos y buena mezcla para un ‘mousse’ de calabaza. Finalmente, tras el último intento con tofú, y sentir que mi cuerpo me gritaba “¡basta de tanta soya!”, decidí soltar el asunto. Quizás me tocaba consumir calabaza con bendiciones, o a lo mejor encontraría algo mejor el año siguiente.
Pero, precisamente, porque solté el asunto y dejé de descifrarlo tan arduamente, tuve la siguiente idea mientras estaba en mi cocina, lugar que se ha convertido en fuente de ideas para escribir, pintar y nutrirme emocionalmente. Mientras preparaba el almuerzo de Acción de Gracias, escuché una vocecita que me dijo: “Mezcla la calabaza con zanahoria”. ¡Eso es!, me dije a mí misma, y decidí intentarlo. Así mismo, la escuché a ella dictar lo demás: “ponle esto, esto y esto. ¡Ah! ¡Y no olvides la raíz de jengibre que tienes en la nevera!”
Al final, me salió esta receta, y la disfruté tanto que ha sido imposible quedármela. La escribo con agradecimiento, ¡que la disfruten!
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Para esta receta necesitarás: una pesa para alimentos, una taza para medir, cucharas para medir, una licuadora, cacerola para hervir al vapor.
Ingredientes:
Pesar:
❦ 5 oz de calabaza o acorn squash orgánica (pesada después de cocida al vapor)
❦ 3 oz de zanahorias en miniatura orgánicas (baby carrots, pesadas después de cocidas al vapor)
❦ 1/2 oz de almendras en lascas o molidas
❦ 1/2 cdta de sal de mar
❦ 1/2 cda de especias para el ‘pie’ de calabaza (mezcla de canela en polvo, nuez moscada en polvo, jengibre en polvo, clavo en especia, tod@s orgánicos)
❦ 1/2 cda de raíz de jengibre fresca
❦ 1/8 de cda de estevia pura en polvo (o la medida del endulzante natural que escoja: miel, fructosa, agave)
❦ 1/2 taza de agua
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❦ Bendecir los ingredientes.
❦ Cocer la calabaza o acorn squash y las zanahorias al vapor. Si es posible, esperar que se enfríen.
❦ Poner los ingredientes en la licuadora, EXCEPTO LAS ALMENDRAS, y licuarlo en el ciclo lento de “puré”
❦ Servir en un plato que inspire agradecimiento
❦ Adornar con las almendras
❦ Disfrutar como postre vegano de Acción de Gracias, Navidad o un día regular 🙂
❦ Compartir con amigos
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Rinde para una porción. Puedes multiplicar las cantidades en los ingredientes por el número de personas a quienes quieres servir. ❦
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