Meditación y charla: Esfuerzos sabios hacia la Tierra, parte 1

Por Yaisha Vargas Pérez

Para ver la grabación, ve a este enlace:

https://youtu.be/YqYPzdx9ggc


INTRODUCCIÓN

La semana pasada asistí a un retiro en el norte de California organizado por capellanas ecológicas, incluida esta servidora. El propósito era reunir a capellanes ecológicos de distintas clases graduadas del programa que lidera el Sati Center for Buddhist Studies. Algunes participamos en persona y otres en línea.

Una de las enseñanzas principales fue el cuidado propio. ¿Cómo servimos cuando nos hemos cuidado, hemos dormido y nos hemos alimentado bien y hemos atendido nuestras emociones? ¿Y cómo servimos cuando no nos hemos cuidado, no hemos dormido bien, no nos hemos tomado nuestras vitaminas y no nos hemos atendido internamente? Esta es una enseñanza central para un capellán ecológico y también para las personas que cuidan, que sirven, que hacen tanto por la ecología, por revertir el cambio climático, por conservar especies para que no se extingan.

Que esta meditación y charla sea de apoyo para su travesía ecológica.

Con amor bondadoso,

Yaisha

MEDITACIÓN

(campanada)

Una invitación a tomar varias respiraciones profundas, como una transición del ruido al silencio.

Y ahora, una invitación a ayudar al cuerpo a dejar ir estrés, tensión, mediante la respiración. Respirando en aquellos lugares donde sentimos tensión o estrés y dejándolo ir con la exhalación. Una invitación a hacer esto con suavidad, sin forzar y con amor y bondad hacia el cuerpo.

Puedes seguir la secuencia desde la cabeza hasta los pies o visitar cualquier parte del cuerpo que necesite atención.

Dejando ir el estrés del área de la cabeza, los hombros, el cuello, el pecho, los brazos, las manos, la espalda, la columna vertebral, el abdomen, la parte baja del abdomen, las piernas y los pies.

Y ahora, una invitación a llevar bondad con la respiración a esas partes del cuerpo, a tu propio ritmo. Llevando bondad en la misma secuencia, poco a poco, a la cabeza, el cuello, los hombros, los brazos, las manos, el pecho, el abdomen, la parte baja del abdomen, la columna vertebral, las piernas, los pies.

Y ahora, una invitación a generar bondad desde el corazón hacia tu cuerpo. Descorriendo el velo del corazón hacia enfrente; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa direción.. Descorriendo el velo del corazón hacia la derecha; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa dirección. Descorriendo el velo de la parte de atrás del corazón; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa dirección. Descorriendo el velo del lado izquierdo del corazón; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa dirección. Descorriendo el velo de la parte de abajo del corazón; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa dirección. Descorriendo el velo de la parte de arriba del corazón; permitiendo que la luz de la bondad brille en tu cuerpo en esa dirección.

Y ahora, una invitación a enviar la luz de la bondad hacia tus emociones, donde quiera que estén localizadas en tu cuerpo, enviando esa luz de bondad. Y ahora, hacia tus pensamientos, tu mente, tu cerebro, enviando la luz de la bondad.

Una invitación a visualizar que esa luz que nace de ti realiza esfuerzos sabios en el mundo. Primero te apoya y consuela a ti para poder luego apoyar y consolar a los demás. 
Visualiza que, una vez sientas un estado interno de plenitud y equilibrio, entonces es un esfuerzo íntegro tocar las vidas de otros de manera que ayudas a aliviar o liberar su sufrimiento.

(3 campanadas)

CHARLA

A veces nos toca ayudar a otres en momentos en que nosotres también estamos viviendo momentos difíciles y necesitamos consuelo. Sobre todo, cuando se trata de ayudar y apoyar en el contexto de la crisis climática. Puede ocurrir que haya tanto que hacer, que nos lanzamos al trabajo de hacer y nos olvidamos de recargar energías, o nos olvidamos de comenzar la empresa primero siendo íntegros con nuestra propia energía, nuestros recursos mentales, emocionales y físicos.

La meditación es un ejemplo de cómo podemos brillar la luz de la bondad sobre nuestro propio cuerpo, mente y emociones antes de dar una gran cantidad de energía a los demás, a una causa ambiental meritoria, a una labor voluntaria que puede ser de servicio en estos momentos.

Tal vez habrán escuchado el concepto de “fatiga por compasión”, que se refiere a cuando una persona termina agotada emocional, psicológica y espiritualmente por ayudar a otres. Pero Kristin Neff, investigadora pionera del self-compassion o autocompasión, dice que el término adecuado no es “fatiga por compasión” sino “fatiga por empatía”. La empatía es la capacidad de percibir y sentir las emociones de la otra persona y entablar un intercambio en el cual expresamos de manera hábil que entendemos lo que está viviendo la otra persona y tal vez preguntamos si necesita nuestra ayuda y somos de apoyo. La compasión es cuando el corazón se conmueve y actuamos para aliviar nuestro sufrimiento o el de otra persona, porque somos capaces de sentir ese sufrimiento. Neff establece una diferencia entre estos dos conceptos. Indica que la empatía siempre va dirigida hacia el otre. Es una línea recta que empieza en mí y llega a otro ser. Empatizar y ayudar sin tregua ni límites nos desgasta. Pero la compasión es un círculo y me incluye a mí. Si me estoy desgastando, no es compasión es empatía. Si no me incluyo a mí misma en el círculo, entonces no es compasión. Por lo tanto, Neff indica que el término adecuado es “fatiga por empatía”. Cuando practicamos compasión, primero hacemos esto que practicamos hoy en la meditación, pensando que me estoy dando una cucharada a mí misma y luego una cucharada al otro. Nos cargamos por dentro primero a nosotras mismas y entonces tenemos suficiente para apoyar, sostener al otro, a la causa, etcétera. Así no se nos agota la batería.

Piensen en cómo atienden a otras personas un día en que han descansado, han comido bien, se han tomado sus vitaminas, hicieron ejercicio, se dieron una ducha, hicieron algo que les dé felicidad a sus corazones.

Piensen ahora en cómo atienden a otras personas un día en que no han dormido bien, no se han alimentado bien, no se han tomado sus vitaminas, no hicieron ejercicio, no se han bañado y no han atendido su parte emocional para ver qué necesita antes de poder servir.

Ahí está la diferencia entre poder prestar atención a otra persona o gruñirle, si estamos en una posición de servicio.

Esto es tan importante: estar conscientes de nuestros propios cansancios, tristezas, duelos, antes de atender el de otros. ¿Cómo manejo mis emociones, mis cansancios? ¿Qué necesito para estar bien?

Querer apoyar y cuidar es importante. Es una forma de amar. Acompañar a otres mientras atraviesan momentos difíciles es importante. Cuidar la naturaleza es fundamental en este momento.

¿Cómo puedo participar cuidándome primero?

Durante un periodo de mi trabajo voluntario sembrando árboles y recolectando plántulas y semillas, era tanto el entusiasmo que seguí sin parar. Y me desgasté. Estuve unos meses fuera. Cuando regresé, me di cuenta de que si hubiese trabajado con más calma y no me hubiese ido por unos meses, hubiese trabajado la misma cantidad de árboles que lo que hice agitándome y luego descansando por un largo tiempo.

Es como la famosa historia de la liebre y la tortuga. La liebre quiere ir rápido pero a mitad de camino se cansa y se queda dormida debajo de un árbol. Mientras, la tortuga va a paso lento, calmado, pero consistente. Y llega a la meta. Hay gente que ha reproducido esta carrera en la vida real con un conejo y una tortuga y eso es exactamente lo que pasa. El conejo va más rápido al principio, pero se distrae, y no llega. La tortuga va más lento, pero es más consistente. Y llega.

Cuidémonos, tomemos tiempo para la calma y la cordura. Así podemos tomar decisiones más sensatas y que nuestros esfuerzos cuenten.

Enviando agradecimiento por la oportunidad de aprender estas enseñazas del Noble Óctuple Sendero adaptado a la ecología.

Dedicación de la práctica
(3 campanas)



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