Del lado de los pobres

En la Misa de Domingo de Ramos en la Catedral de San Juan, a la que acudí el sábado por la noche, el sacerdote ofreció un contundente mensaje sobre la importancia de atender las necesidades de los pobres en el contexto opresivo que vivimos: con los ricos haciéndose más ricos y los pobres siendo más pobres. Alentó a la gente a mirar el crucifijo, a recordar el sacrificio de Jesús, a escuchar la misión que Jesús nos da en nuestro corazón y seguirla.

¡Fue inspirador!

Por este tipo de mensaje —y sobre todo el compromiso de la Iglesia de llevarlo a cabo como lo que Jesús enseñó y el ejemplo que dio— fue que pude regresar a la Iglesia católica hace casi 10 años, después de unos 18 años de ausencia. Y porque tuve una experiencia que, al día de hoy, me sigue sorprendiendo y sigo atesorando (https://yaishavargas.com/90-dias-un-amante-en-la-oscuridad/). En mi juventud, me habían alejado las aspiraciones materialistas que había visto en algunos líderes de la Iglesia, y que contrastaban con el mensaje que había aprendido de Jesús en los Evangelios. Mi divorcio religioso en ese momento fue confirmado por los escándalos de sacerdotes pederastas poco tiempo después, así que mi alejamiento fue, para mí, la decisión correcta.

Sin embargo, ahora mismo, qué momento histórico para seguir los pasos rebeldes de Jesús, rescatar su mensaje original, y como dice la congresista Alexandra Ocasio Cortez, para poner en práctica las enseñanzas de “dar de comer a los que tienen hambre, vestir a los pobres”.

Tras un capítulo de la serie The Chosen, a los cuales les sigue una discusión entre un sacerdote católico, un ministro evangélico y un rabino judío, el ministro evangélico dijo que él les había comentado en una ocasión a sus estudiantes que los cristianos de hoy en día eran el equivalente de las figuras de los fariseos en la época de Jesús. Me sorprendió su honestidad. En el capítulo que más recuerdo de la serie hasta ahora, Jesús acusa a los fariseos y sumos sacerdotes en medio de una plaza por imponer tantas reglas opresivas a la gente y haberse olvidado de la justicia y la misericordia. El actor lo dice con tanto apasionamiento que mi corazón se emociona. Así hubiese hablado Jesús. Igualmente, el Papa Francisco dijo en un documental que a veces los cristianos no son coherentes entre lo que dice el mensaje del Evangelio y sus acciones. También me encantó su honestidad, porque esa fue una de las razones que me alejaron de la Iglesia católica en mi juventud.

Pero si el mensaje original de Jesús se inspira desde la homilía —estar del lado de los pobres en esta etapa histórica de opresión—, entonces Él está vivo: junto con sus acciones y discursos que desafiaban una jerarquía social injusta y opresiva, algo que hace tanta falta ahora.

Luego, la comunión. Ese acto tan preciado en el que un Jesús vivo se entrega en la forma de los elementos que componen el pan (la tierra, el agua, el calor del sol y el aire que alimentaron a la planta de trigo). Cada vez que lo recibo, como aquel día de 2015 que regresé, me conmueve profundamente y lo siento en mis tripas; ese acto de generosidad de Jesús, que es igual al de todos los elementos de la naturaleza. El sol no dice “sobre ti voy a brillar y sobre ti, no”. Simplemente brilla. El agua no dice “sobre ti voy a llover, y sobre ti, no”. Simplemente llueve. El árbol de fruta no dice “a ti te voy a dar fruta y a ti, no”, simplemente da.

Jesús solo ama. No dice “a ti te voy a amar y a ti, no”. Simplemente ama.

Que llegue ese mensaje a nuestro corazón, y que nos mueva a combatir la opresión con compasión, bondad, con un corazón lleno de amor. A recargarnos en meditación y oración con Su amor infinito, para poder apoyar a otrxs en esta época difícil. Que las dificultades nos unan y nos recuerden lo valioso que es vivir en comunidad y solidaridad. Ya lo hemos vivido antes. Que esa práctica que ya tuvimos con dificultades pasadas nos aliente a continuar practicando la solidaridad, la humanidad, la bondad que vale más que el dinero, no solo entre nosotrxs, las personas humanas, sino también con las personas no humanas y toda ecología que también sufre el azote de la codicia, el odio y la ignorancia.

Buda también desafió la jerarquía social de su tiempo. Utilizó el lenguaje y las prácticas de meditación para redefinir lo que significaba la nobleza. Enseñó a las personas que su nobleza no provenía de una jerarquía social. Los nobles no eran solo los brahmanes, una casta sacerdotal que se considera descendientes directos del dios Brahma. La nobleza se desarrollaba mediante la práctica de la conducta ética, de ser consciente de las acciones propias para no causar dolor a otrxs, de cultivar la generosidad, la bondad y la sabiduría. Por lo tanto, cualquier persona que practicara este sendero era una persona noble. No dependía de las castas. Por supuesto que su mensaje generó la resistencia del “status quo”. Y lo hizo de manera no violenta.

Como estos dos maestros, cuyos mensajes han perdurado por miles de años, podemos escoger hacer a un lado las jerarquías sociales para cultivar el amor al prójimo, la justicia social, la misericordia, el no hacer daño, la generosidad, la bondad, la sabiduría, para crear espacios de refugio y combatir las dificultades que leemos todos los días en las noticias. Abrir el corazón. Querer ser mejores. Querer que les demás sean libres de sufrir, y ser esa figura que traiga un poco más de bondad al mundo. Puede ser haciéndole una sopa al vecino que se quedó sin luz, sembrando un árbol, escuchando a alguien que sufre. No tiene que crear algo grande. Si mira hacia el lado, probablemente verá a alguien en necesidad. En ese momento, usted puede ser Jesús. Que todes les seres sean felices. Que todes les seres estén seguros. Que todes les seres tengan salud. Y que todes les seres tengan paz.

P.D. Gracias a la feligresa que nos dijo dónde estaban algunas de las estatuas que estábamos buscando y por su bienvenida cariñosa a nosotras dos. Son bienvenidas, nos dijo. Todxs son bienvenidxs. Puertas abiertas y amor. ¡Qué bueno que están porque va a hacer mucha falta!

La autora es un ser libre.