Por Samadhi Yaisha/Mis musas diarias/Mi nutrición emocional
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Les cuento cómo hice un delicioso té de manzanilla sin azúcar.
Esta mañana olvidé tomar un suplemento natural que ayuda al funcionamiento óptimo de mi sistema nervioso. Noté un cambio de ánimo drástico que no entendía; la cháchara en mi cabeza se escuchaba más fuerte, parecía que mi recuperación iba hacia atrás. De momento, me doy cuenta: ¡no me tomé mi suplemento neurológico! Media hora después de haberlo ingerido, mi mente está más calmada, mi cerebro opera más enfocado y mi respiración se siete más pausada. Agradezco a la práctica de meditación intuitiva (Vipassana) que me ayuda a ver todas estas cosas en mi cuerpo.
Como me he ido enamorando de esta filosofía de ser consciente de mi cuidado en todos los aspectos, me propongo buscar qué alimentos contienen ese mineral que necesito todos los días. Así mi alimentación se convierte en nutrición emocional y fuente de sanación. Hago la búsqueda en internet y encuentro que el té de manzanilla contiene minerales para un sistema nervioso saludable.
-¡Pero por supuesto, si se me acabó y no lo he comprado!- me digo a mí misma. Sonrío y lo pongo en la lista de cosas que necesito. Algo tan simple.
Parada frente a la góndola, veo varias marcas, precios, y mezclas de manzanilla con otras hierbas.
Cierro los ojos, respiro y le pregunto a mi Amada Musa: “¿Cuál quieres?”
Escucho. Ella me susurra. Sonrío y escojo. Huelo la caja… Mmmm…. Y me puedo ver saboreando el té humeante cuando llegue a casa.
Ya en mi cocina, leo la etiqueta y agradezco a todas las manos que han permitido que este sobrecito aromático llegue hasta mí desde otras tierras.
El té de manzanilla tiene propiedades relajantes: calma el sistema nervioso y da apoyo al proceso digestivo. Si fuera una persona, sería amable, gentil, clásica, de hablar pausado y mirada sensible.
Las musas son sabias; el té que escogió Ella es orgánico y sin ingredientes genéticamente alterados; la compañía que lo procesa y empaca utiliza energía renovable y cree en el comercio justo. El material de la caja es reciclado y degradable como composta. El precio me pareció sumamente balanceado: $4.75 por 16 sobrecitos. Con algo tan pequeño -estar consciente en qué invierto mi dinero- estoy ayudando al planeta y que otros seres humanos reciban la compensación apropiada por su trabajo.
¡Qué dulce se me hace el té y aún no me lo he tomado!
Enciendo la tetera, escojo una de mis tazas favoritas, y mientras escucho que el agua empieza a hervir, pongo:

Ingredientes:
❦ Un sobrecito de té de manzanilla
❦ 1/2 cdta de canela en polvo
❦ 1 pizca de stevia 100% pura
❦ 1/4 cdta de extracto de vainilla sin alcohol, azúcar o derivados
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Procedimiento:
*Clic* La tetera me avisa, vierto el agua y se me cuela en la nariz la sensual nubecilla de humo dulce, dulce. Que la manzanilla me huele a un campo de flores silvestres amarillas.
Veo cómo se derrite todo en la taza, el vapor se me acerca a la vista, los ingredientes se hidratan y se beben a sí mismos…
Como no puedo esperar a que se enfríe un poco, le saco el calor aspirándolo más de cerca… ¡Ay! Canela es madera, y la manzanilla, flores de sol que me remontan a recostarme en la hierba fresca… ¡Ya no me resisto! ¡Me sumerjo aunque me queme! ¡Ay!… Mis labios se posan en la taza… Y luego… Mmmm…
Silencio…
Éxtasis.
La vainilla se ha mezclado con la estevia, confabulándose un sabor de caramelo que me baña la lengua en placer.
Me siento para estar absorta en esta taza de té. Cierro los ojos. Me recuesto en el papasán -el único mueble en mi sala- con mi copa de salvación. Es todo lo que necesito.
Medito en todos los sabores contenidos en porcelana, sensaciones que mi musa me ha inspirado en la cocina.
No quiero que se acabe, me lo tomo a sorbos con la cuchara… y al final, me chupo el sobre de manzanilla; blando, mojado, gloriosamente agridulce. Un campo fresco irredento en mi paladar… minerales placenteros en mi cerebro…
Después de esto, sólo meditar es suficiente… y sonrío pensando: “Con una experiencia como ésta, ¿quién necesita azúcar?”
La autora es un ser libre.

Bienvenid@ al grupo de Facebook “90 días: una jornada para sanar”
Que lindo escribes. Siento que te escucho hablar mientras leo tus blogs.
Gracias Stephanie… :)))))) Me gusta leer cosas en tu blog, sobre todo porque me identifico con tu jornada. ¡Sigue escribiendo!
So Pretty Samadhi Yaisha .<3
Gracias Taruscha Victoria, por siempre leer mis cosas :))))