Por Yaisha Vargas-Pérez
Sesión 2 del programa “Bien-estar y estar bien con la naturaleza”
Aquí está el video. Más abajo está la transcripción de la meditación guiada y un resumen de la charla.
Meditación guiada: “Secuencia somática y escaneo corporal para reducir la ansiedad y anclarnos al suelo”
Comenzamos con una invitación a hacer tres ejercicios para reducir la ansiedad y anclarnos al suelo. Si usted es una persona que pierde el balance con facilidad, es mejor que haga esta secuencia contra una pared o en posición sentada.
El primer ejercicio consiste en subir los talones un poco y tocar suavemente el suelo con ambos talones a la vez durante un minuto. Tratamos a los pies con cariño; no aterrizamos los talones con fuerza, sino con suavidad. Permite que el cuerpo se mueva. Siente la energía recorriendo tu organismo. Si te dan ganas de bostezar, eso es normal, significa que el ejercicio está funcionando y se está activando la respuesta de calma de tu sistema parasimpático.
El segundo ejercicio es la respiración del león. Poniendo una mano en el abdomen y la otra en el pecho, inahalamos en la barriga, el pecho y exhalamos con la boca abierta y la lengua por fuera. Repetimos el ejercicio 7 veces.
El tercer ejercicio podemos hacerlo cerca de alguna pared. Movemos el cuerpo como si fuéramos una enorme planta de bambú que el viento sopla de un lado al otro, de un lado al otro, hasta que sintamos que ya es suficiente. Si se marea, por favor deténgase.
Y ahora, una invitación a mover el cuerpo en la manera que el cuerpo quiera moverse.
¡Muy bien!
Ahora, una invitación a adoptar nuestra postura de meditación habitual. Y comenzamos por sentir el cuerpo. Prestando atención amorosa al cuerpo. Una mirada amorosa como si estuviéramos mirando a alguien que queremos mucho, como a nuestra mascota, por ejemplo.
Prestando atención amorosa al rostro, a la piel del rostro, a los huesos del rostro.
Prestando atención cariñosa a los hombros, el izquierdo, el derecho.
Prestando atención cariñosa al pecho, al movimiento de la respiración que se siente en el pecho.
Prestando atención cariñosa al abdomen, al movimiento del diafragma que se siente en el abdomen.
Prestando atención cariñosa a las manos, a las sensaciones de las manos.
Prestando atención cariñosa a la piernas, a los pies, a las sensaciones de los pies.
Prestando atención amorosa a aquellas sensaciones de temperatura en el cuerpo: calor, tibieza o frío. Este es el elemento fuego o sol. El calor del sol que atrapa la Tierra y que le da vida y energía a nuestro cuerpo.
Prestando atención amorosa a aquellas sensaciones de humedad o resequedad en el cuerpo: sudor, saliva, resequedad. Este es el elemento agua o la falta del elemento agua. El agua que cubre más del 70 por ciento de la superficie de la Tierra y que le da vida al cuerpo humano. Compone gran parte de nuestro cuerpo humano.
Prestando atención amorosa a aquellas sensaciones de movimiento, pulsación, vibración. Este es el elemento aire desplazándose por el cuerpo. El elemento aire que le da vida a nuestro cuerpo. Sintiéndolo en la inhalación y en la exhalación.
Prestando atención amorosa a aquellas sensaciones de solidez en el cuerpo. El peso del cuerpo en la superficie donde estamos, nuestra postura. Este es el elemento tierra que forma nuestra piel, músculos, huesos, cabello.
Prestando atención amorosa a todo el cuerpo, que es un pequeño planeta, con su geografía, ríos, corrientes de aire y temperatura.
CHARLA:
Con esta meditación, entendemos el cuerpo humano como naturaleza. No es posible existir sin la Tierra y sus elementos. Nos damos cuenta de que no hay separación, de que, como dice Gil Fronsdal, “nuestras vidas están tan interconectadas” que no es posible beneficiarnos de manera egoísta sin hacer daño a otros seres, tanto seres humanos como el resto de los seres de la Tierra.
La semana pasada, compartía el principio de lo que es el factor de la visión sabia.
La visión correcta nos dice que las causas del sufrimiento son: la primera es la codicia, aferramiento, deseo a cosas que a final de cuentas causan sufrimiento; la segunda es el odio, la aversión, el resentimiento y el deseo de venganza que inevitablemente causan sufrimiento; y la tercera es la confusión o la ignorancia. Y nos dice que las causas de la liberación son: la primera, la generosidad, el dar desinteresadamente; la segunda, la bondad, el amor bondadoso, el deseo de benevolencia; y la tercera es la sabiduría. Las causas del sufrimiento son como si nos hubiésemos bebido veneno, consciente o inconscientemente. Y las causas de la liberación son el antídoto. La generosidad, la bondad y la sabiduría son los antídotos y las curas para la codicia, el odio y la ignorancia.
Cuando lo extrapolamos a nuestras vidas y a nuestra relación con la Tierra, vemos cómo el aferramiento, resentimiento, deseo de venganza y la ignorancia causan dolor, pero la generosidad, el perdón, la bondad y la sabiduría nos liberan del dolor.
El sufrimiento causado a la naturaleza sale de esas mismas tres raíces: codicia, odio, ignorancia. En el caso de la Tierra podríamos decir que son: apropiación, colonización, guerra, contaminación. Y sus antídotos son: generosidad, liberación (emancipar la naturaleza de nuestra codicia), la paz y la salud de los ecosistemas, la limpieza.
Voy a compartir un poco del libro “Pasos hacia la liberación” de Gil Fronsdal con comentarios míos sobre este factor. Y esto es parte del capítulo “Primer factor: Visión correcta”, de su libro.
Hay dos formas de visión sabia. Una es que todo lo que hacemos, decimos y pensamos no existe en el vacío, sino que tienen consecuencias físicas y psicológicas que tienen un origen ético. Si esas acciones, palabras o pensamientos están basadas en la codicia y el odio, sus consecuencias serán dañinas. Por el contrario, si están basados en la generosidad y la bondad, sus consecuencias serán beneficiosas. Quizá esto no se cumpla en el cien por ciento de los casos, pero lo que sí es cierto es que, si vivimos conforme a esta perspectiva, es más probable que pensemos, hablemos y actuemos de formas que nos brinden bienestar a nosotros y a quienes nos rodean”, incluyendo el único hogar que tenemos.
La segunda forma de visión sabia se relaciona con la perspectiva de las Cuatro Nobles Verdades. Hay sufrimiento presente. Hay un origen del sufrimiento. Hay un fin del sufrimiento. Crear las condiciones adecuadas para el fin del sufrimiento es el Noble Óctuple Sendero.
Necesitamos ser conscientes de cuándo estamos experimentando sufrimiento o causando sufrimiento a la Tierra, que es la Primera Noble Verdad: hay sufrimiento presente. Necesitamos ser conscientes de cuáles factores están causando ese sufrimiento, y usualmente es la codicia o el aferramiento. ¿Cuáles son nuestros aferramientos? A nivel personal puede ser una conducta repetitiva, una compulsión, aversión hacia otra persona, que es otra forma de aferrarnos a una emoción de sufrimiento. A nivel planetario puede ser la incapacidad de dejar ir las fuentes de energía basadas en los combustibles fósiles; la incapacidad de dejar de construir en la costas donde en 10 años el mar va a ocupar esas áreas; el no querer cambiar nuestra dieta por una forma de alimentación que sea más gentil y ética hacia el planeta Tierra. Darnos cuenta de cuáles son nuestros aferramientos es la Segunda Noble Verdad: conocer el origen del sufrimiento. Solo al reconocer estos aferramientos, podemos comenzar a soltarlos. “Comprender que es posible abandonar completamente” estos aferramientos y poner fin al sufrimiento es la Tercera Noble Verdad. Saber esto “nos proporciona dirección y motivación para lograrlo”. Es como si aprendiéramos a practicar arquería zen, que es un tipo de arquería que no tiene el objetivo de cacería, sino de practicar atención e intención. Puedo ajustar la flecha en la dirección correcta para que llegue a su objetivo que es el fin del sufrimiento. “Finalmente, conocer cómo crear las condiciones adecuadas para liberarnos” de nuestros aferramientos es la Cuarta Noble Verdad. Y en esa Cuarta Noble Verdad están “las prácticas del Noble Óctuple Sendero que pueden ayudarnos”.
Voy a poner parte de una presentación que nos ayuda a ver el factor de visión sabia, desde el punto de vista de las perspectivas que causan sufrimiento y de las perspectivas que nos liberan de sufrimiento.
Primero, la propuesta de mirar este sendero, estos ocho factores, desde una perspectiva ecológica: visión sabia, intención sabia, narrativa sabia, acción sabia, modo de vida sabio, esfuerzo sabio, meditación sabia, unificación o integración sabia.
Luego, entender que la visión no sabia (apropiación, colonización, aferramiento; odio, guerra, dominancia; negación e ignorancia), ha causado un gran sufrimiento para la humanidad y para los seres no humanos. Me llama más la atención la última foto de la derecha, la ignorancia, la negación, tener vendas en los ojos. Si no vemos el sufrimiento que causamos, va a continuar y va a emperorar. Fíjense que una persona le está tapando los ojos a otra que tiene en las manos un globo de la Tierra cubierto de plástico. Y ese es un ejemplo de nuestro aferramiento e ignorancia. Usar plástico en contextos en el que no es necesario usarlo y como no vemos dónde se acumula la basura del plástico, podríamos caer en la indiferencia. Un planeta rodeado de plástico, que hasta en nuestra sangre y nuestros organismos se han encontrado microplásticos debido a la contaminación. La visión correcta es saber que no podemos tomar una acción sin consecuencias. Y he escuchado a varios maestros budistas decir que este factor de la ignorancia y la negación es la pega que mantiene unidos a los otros dos: al aferramiento y el odio. Si no logro ver que el aferramiento causa sufrimiento y cómo causa sufrimiento, no lo voy a poder soltar. Si no logro ver cómo la aversión y el odio causan sufrimiento y cómo causan sufrimiento, no los voy a poder soltar.
Así que esa visión clara, sabia, ver con claridad, es el antítodo que empieza a desmoronar el sufrimiento. Si veo que el aferramiento y la codicia causan sufrimiento y lo siento en mi piel, voy a practicar su antídoto, que es la generosidad. Si veo que el odio, la aversión, el resentimiento causan sufrimiento y lo siento en mi piel, voy a moverme hacia el antídoto que es la bondad, la benevolencia.
Como dice la próxima diapositiva, entendemos que es necesario pasar:
- de la apropiación a la generosidad
- de la economía de colonización a una economía ecológica
- del desarrollo ilimitado a la idea de la suficiencia
- del odio y la guerra a la solidaridad
- de la ignorancia y la negación a la sabiduría
El propósito de compartir este factor no es generar de ninguna manera un sentimiento de misantropía, desprecio hacia la especie humana. No. Porque nosotros también estamos sufriendo con la crisis climática. El propósito de la meditación es que podamos identificarnos como un cuerpo de la naturaleza y ver que no estamos separados, para entonces practicar benevolencia y generosidad, tanto hacia nuestro propio cuerpo como hacia el cuerpo de la Tierra.
Esta información es posible que traiga, tristeza, un sentimiento de impotencia. Es parte de lo que ocurre al principio del proceso. Es importante reconocer si hay sentimientos de duelo por las pérdidas que hemos vivido y procesar ese duelo de una manera que se sienta libre para nosotros. Esta es una habilidad natural que tenemos los humanos.
Voy a poner como ejemplo unos dibujos que hice en mi adolescencia, cuando el huracán Hugo pasó por Puerto Rico, en septiembre del año 1989. Y nadie me enseñó a hacer esto, fue algo que salió que manera natural, pero para poder procesar la tristeza de la destrucción que causó el huracán, yo hice un dibujo de cómo era el panorama antes de que pasara el huracán Hugo. Un árbol de aguacate, como el que había en el patio, rodeado de montañas y en el extremo superior derecho un mapa donde se veía venir el ciclón.
En el próximo dibujo, que no terminé, era el comienzo de dibujar lo desolado que quedó el paisaje. Claro, yo estaba haciendo esto yo sola. Tenía 12 años. Era mucho dolor para procesar. Hasta ahí fue que llegué y esto estaba bien.
Pero un año después, y aquí está el tercer dibujo, estaba en contacto con la naturaleza otra vez pintando un atardecer tranquilo. El dibujo refleja que un año después, pude hacer contacto con la naturaleza. Fue un proceso de integración.
Hago la invitación a expresar el duelo por lo que está pasando en el planeta mediante arte, ya sea poesía, pintura, canción, escritura o el médoto que escojas.
Es importante también anclarse en la esperanza. No se trata de sentir aversión por la especie humana. Es posible usar nuestra imaginación para crear una imagen de lo que sería un buen antropocenio o época de los humanos en la Tierra.
Es importante tratarnos con amabilidad durante este periodo de reconocer el daño causado y girar nuestros comportamientos en una nueva dirección.
¡Gracias por tu práctica!
